Por Francesco Canepa
FRÁNCFORT (Reuters) - El presidente del Banco Central europeo, Mario Draghi, debería renunciar a su pertenencia al opaco grupo consultivo del Grupo de los 30 porque corre el riesgo de dañar la confianza pública en la independencia del BCE, dijo la Defensora del Pueblo europea el miércoles.
El G30 es un comité internacional de altos cargos del sector financiero, académico y político, con reuniones sobre cuestiones financieras a puerta cerrada.
Actualmente entre sus miembros se encuentra Draghi, el director del Banco de Inglaterra Mark Carney y el director del Banco Popular Chino Zhou Xiaochuan, pero también antiguos políticos que ahora se han unido al sector privado y directores de dos bancos que están bajo supervisión del BCE.
"La pertenencia del presidente del BCE al G30 podría generar la percepción pública de que la independencia del BCE podría verse comprometida", dijo la Defensora del Pueblo Emily O'Reilly. "Para el BCE, permitir que esta percepción haya aumentado durante varios años constituye una mala administración por su parte".
O'Reilly, cuyas recomendaciones no son vinculantes, criticó lo que ella describió como el "secretismo" que rodea al G30, incluyendo cómo se eligen los miembros y qué se discute en las reuniones. Dijo que el BCE debería ajustar su normativa en relación a los compromisos públicos.
El grupo activista Corporate Europe Observatory, que presentó la queja al Defensor del Pueblo, un organismo de la Unión Europea, vio la decisión como "oportuna y muy positiva".
Un portavoz del BCE dijo que el banco central había tomado nota de las recomendaciones de la Defensora del Pueblo y que respondería a su debido tiempo.
La crítica surge cuando el BCE está bajo la lupa por otros temas relacionados con la transparencia y por estar demasiado cerca de la industria, incluyendo sus compras masivas de deuda de empresas, su gestión de los bancos en quiebra y la contratación del principal asesor de Draghi.