Washington, 6 abr (.).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado sus previsiones para la economía china, que crecerá un 8,4 % en 2021, tres décimas más que lo calculado en enero, y un 5,6 % en 2022, igual que lo anticipado entonces.
China avanzará a ese ritmo gracias a "sus medidas efectivas de contención, una potente respuesta de inversión pública y el apoyo de liquidez por parte del banco central, que han facilitado una recuperación robusta", según el informe de "Perspectivas Económicas Globales" del FMI presentado este martes.
En ese análisis, el Fondo también destaca el "resurgimiento de la actividad industrial" de China como uno de los motivos de la revisión al alza de sus cálculos para el país asiático.
Precisamente, los repuntes en la actividad de China y Estados Unidos, que se expandirá un 6,4 % este año, han provocado que el FMI pronostique ahora un crecimiento económico global al 6 % para 2021, cinco décimas más que lo previsto en enero.
Sin embargo, los expertos del FMI advierten de la posible inestabilidad que puede provocar en el panorama mundial la tensión entre las dos potencias.
"Las tensiones entre Estados Unidos y China siguen siendo elevadas en numerosos frentes, incluyendo el comercio internacional, la propiedad intelectual y la ciberseguridad", apunta la organización multilateral con sede en Washington.
Debido a la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, Pekín no se marcó una meta de crecimiento económico en 2020 por primera vez en tres décadas.
No obstante, la economía china fue de las pocas en resistir al contexto de la pandemia de la covid-19 al crecer un 2,3 % el año pasado, gracias mayoritariamente al control de los contagios, la demanda internacional de productos relativos a la crisis sanitaria o las políticas de estímulo impulsadas por las autoridades, según datos oficiales del Gobierno chino.
Para este año, la Asamblea Nacional Popular (ANP) de China se fijó, en contra lo esperado, un objetivo de crecimiento económico por encima del 6 %, además de impulsar un nuevo patrón de desarrollo centrado en la innovación para alcanzar la autosuficiencia tecnológica en los próximos años.