Madrid, 23 mar (.).- El presidente de Bankinter (MC:BKT), Pedro Guerrero, ha destacado este miércoles en la junta de accionistas que el modelo de negocio del banco lo hace muy resistente a las vicisitudes del ciclo económico, al tiempo que ha explicado que la exposición de la entidad a Rusia es "casi inexistente".
La exposición directa de la economía y del sistema financiero español con Rusia es "muy pequeña" y la de Bankinter en concreto "casi inexistente", ha argumentado Guerrero durante su discurso a los accionistas con motivo de la junta general de la entidad.
No obstante, la situación creada por la invasión de Rusia a Ucrania "va a afectar, está afectando ya, al precio de la energía y al de las materias primas", y en su opinión puede constituir un incentivo al proteccionismo además de nuevas presiones sobre la inflación.
De hecho tanto el presidente como la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, han mostrado su preocupación por el alza de los precios durante la cita con los accionistas, que sirvió para aprobar todos los acuerdos previstos en el orden del día.
Entre ellos, las cuentas anuales de 2021, la distribución de 218,6 millones de euros en dividendo con cargo a ese ejercicio, lo que supone un porcentaje del beneficio que se destina a remunerar al accionista del 50 %.
Aunque el beneficio neto en 2021 fue de 1.371,3 millones de euros, la cantidad que se tiene en cuenta para el pago del dividendo son los 437 millones de beneficio recurrente, sin la plusvalía contable de la segregación de Línea Directa.
De esos 218 millones, 166 se abonaron en sendos pagos en octubre y diciembre de 2021, por tanto quedaban pendientes 52,6 millones que con el visto bueno de la junta se harán efectivos el 30 de marzo, a razón de 0,058 euros brutos por acción de dividendo complementario.
De este modo, el dividendo total bruto correspondiente a 2021 es de 0,243 euros por acción.
La junta sirvió además para aprobar la reelección de Teresa Martín-Retortillo como consejera externa independiente y el nombramiento de Alfonso Botín-Sanz como consejero dominical, en sustitución de Cartival, la sociedad patrimonial a la que él mismo representaba en el consejo.