Buenos Aires, 27 feb (.).- La siderúrgica argentina Acindar, controlada por la multinacional ArcelorMittal (BME:MTS), anunció este martes que parará durante un mes la producción en sus plantas debido a una caída en la demanda, en un complejo escenario macroeconómico en el país suramericano.
La compañía informó que ha tomado esta decisión ante la "caída sostenida" de la demanda en el mercado argentino, "la que ha impactado en una abrupta reducción de entre el 35 y el 40 % de las ventas" en los últimos meses.
Según explicó, esto le obliga a "reajustar los niveles de producción conforme a los nuevos niveles de actividad".
Ante ello, la empresa decidió la parada de todas sus plantas en Argentina desde el 18 de marzo hasta el 15 de abril, período en el que se harán tareas programadas y se llevarán a cabo capacitaciones en materia de seguridad.
"Estas medidas de carácter extraordinario tienen como único propósito minimizar el impacto de la actual situación. En todo momento la voluntad de la compañía es redoblar sus esfuerzos para preservar a las personas, entendiendo que la única manera de lograrlo es garantizando la sustentabilidad del negocio", aseguró Acindar, que indicó que está buscando alternativas para compensar la caída de las ventas en el mercado doméstico buscando nuevos mercados de exportación para sus productos.
Acindar posee plantas en las ciudades de Villa Constitución y Rosario (en la central provincia de Santa Fe), en las localidades bonaerenses de La Tablada y San Nicolás, y en la ciudad de Villa Mercedes (en la central provincia de San Luis).
De acuerdo a un informe de la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero crudo tuvo una caída interanual del 7,8 % en enero pasado, mientras que la elaboración de productos laminados registró un derrumbe del 21,8 % interanual.
La caída en la demanda de productos siderúrgicos tiene conexión directa con la retracción en las actividades de sectores como la construcción, la industria automotriz y la producción de electrodomésticos, en un contexto de desplome del consumo masivo por la pérdida de poder adquisitivo de los hogares ante la elevada inflación y el ajuste económico emprendido por el Gobierno de Javier Milei.