Elche (Alicante), 15 ene (.).- La Federación de Industrias del Calzado Español (FICE) ha exigido a la inspección de Trabajo que dé más flexibilidad a la figura del trabajador fijo discontinuo en la industria del zapato para frenar el actual goteo de despidos.
La secretaria general de la patronal española del calzado, Marián Cano, ha advertido a través de un comunicado de que esta situación límite en la que se encuentran las empresas se va a traducir irremediablemente en que haya despidos, algo que ya ha empezado.
“Durante los últimos años, las empresas de la industria del calzado se han enfrentado a constantes aumentos en los costes laborales" y "estos excesivos incrementos han perjudicado seriamente la capacidad para competir en un mercado cada vez más desafiante", según Cano.
La número dos de la patronal española ha puesto el acento en que esta "pérdida de competitividad resultante amenaza la viabilidad de las empresas y pone en peligro el empleo de miles de trabajadores".
Por todo ello, ha instado al Ejecutivo central "a que reflexione y reconsidere estas políticas laborales que afectan gravemente a nuestra industria, ya que no debemos olvidar que la propuesta de reducción de la jornada laboral también perjudica seriamente a las empresas que atraviesan un momento complicado como consecuencia de la caída del consumo y la situación geopolítica internacional”.
Cano ha insistido en la necesidad de promover "un diálogo constructivo" entre todas las partes involucradas para encontrar soluciones que promuevan un equilibrio entre la protección de los trabajadores y la necesidad de mantener la competitividad y flexibilidad que la industria demanda".
Para el letrado de FICE José María Escrigas, “en el sector existe una profunda preocupación por la problemática que los contratos fijos discontinuos están generando en las empresas y las consecuencias negativas que está teniendo para su competitividad y supervivencia”.
Ha proseguido que la política que se está llevando desde el Gobierno con los contratos fijos discontinuos elimina la necesaria flexibilidad que una empresa de calzado requiere para adaptarse a las cambiantes temporadas.
“La imposición de restricciones y regulaciones rígidas obstaculiza nuestra capacidad para gestionar de manera eficiente y rentable los ciclos estacionales, lo cual pone en riesgo nuestra supervivencia en un mercado cada vez más volátil y demandante”, ha alertado Escrigas, quien ha añadido que “si el Gobierno persiste en implementar estas políticas, nos vemos obligados a enfrentar una realidad preocupante: los despidos y el cierre de fábricas".