Moscú, 28 nov (.).- La planta automovilística de Moscú Moskvich, que reanudó su producción el pasado miércoles tras meses de inactividad después de que su antiguo propietario, Renault (EPA:RENA), abandonara el mercado ruso, comenzará a fabricar coches completamente rusos a partir de 2025, indicó hoy el Departamento de Transporte de la capital.
"En 2025, planeamos producir un automóvil completamente doméstico en la planta de Moskvich. El grado de la producción en Moskvich crecerá lo más rápido posible", agregó, después de que el vicealcalde de Moscú Maxim Likustov afirmara que en 2023 la planta producirá 50.000 automóviles, de los que 10.000 serán eléctricos, cifras que se duplicarían en 2024.
El 16 de mayo, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, anunció que la planta de Renault, propietaria de la misma desde 1998, pasaba al Gobierno de la capital, que decidió revivir la marca "Moskvich".
El pasado miércoles comenzó el ensamblaje en serie del primer nuevo modelo de la planta, el "crossover" Moskvich 3.
VUELVE LA MARCA MOSKVICH
El inicio de las ventas del automóvil está previsto para enero en Moscú y para marzo de 2023 en Rusia en general, según el Ministerio de Industria y Comercio.
Hasta finales de año se planea ensamblar 600 coches, 400 de los cuales serán eléctricos, asegura Rusia.
El nuevo modelo costará entre 27.000 y 33.000 dólares (de 1,6 millones a 2 millones de rublos), según la agencia oficial TASS.
El "crossover" está equipado con un motor turbo de gasolina, caja de cambios automática CVT o de transmisión manual de seis velocidades.
El socio tecnológico de Moskvich es el fabricante de camiones rusos Kamaz, que desarrolló una estrategia para la empresa durante seis años.
En 2024 está previsto que comience el uso de baterías de producción propia en los automóviles, y en 2025 Moskvich fabricará su propio motor eléctrico, batería y cargador.
El primer coche bajo la marca Moskvich, el Moskvich-400 salió a la venta en 1946, tras lo cual vendrían hasta cuatro generaciones.
ÉXODO DE FABRICANTES EXTRANJEROS
Renault anunció en marzo pasado que abandonaba el mercado ruso, al igual que hicieron otros fabricantes automovilísticos como Nissan (TYO:7201), Toyota (TYO:7203) o Mazda (TYO:7261).
Las sanciones occidentales impuestas a Rusia debido a la campaña militar en Ucrania han impactado profundamente en el mercado automovilístico ruso, que sufre problemas en el suministro de piezas y componentes y del que se han salido casi todas las empresas extranjeras.
Según el Servicio Federal de Estadísticas de Rusia, Rosstat, la reducción en la fabricación de turismos en el país cayó un 63,9 % en octubre en términos interanuales.
Entre enero y octubre se ensamblaron 386.000 automóviles, un 65,7 % menos que en el mismo periodo del año anterior.
El mes pasado se produjeron unos 37.300 unidades, lo que supone no obstante una mejora con respecto al colapso registrado en mayo, cuando solo se fabricaban ya 3.700 unidades.
La recuperación gradual se manifestó en la producción de 13.400 unidades en junio; de 19.400 en julio; de 24.700 en agosto y, algo menos en septiembre, de 23.800, según la agencia Interfax.
LOS FABRICANTES RUSOS SE REORGANIZAN
La dirección del fabricante ruso Avtovaz, que era de Renault-Nissan, y que enfrentó problemas con el suministro de componentes, además de tener que imponer "vacaciones" corporativas, ha comenzado a reorganizar su trabajo para no depender de componentes del exterior.
La producción del Lada Granta, Lada Niva Legend y Niva Travel ya se reanudó y en 2023 la empresa tiene la intención de producir 500.000 automóviles, según la agencia TASS.
A su vez, la empresa rusa Sollers Auto, que gestiona fábricas en Vladivostok, Yelabuga (Tatarstán) y Ulianovsk, prevé desarrollar la producción por su cuenta tras la salida de socios extranjeros como Ford (NYSE:F) y Mazda, y pretende lanzar turismos bajo su propia marca para finales de año.
De acuerdo TASS, Haval, marca del fabricante chino Great Wall Motors, es la única planta de automóviles extranjera que opera actualmente en Rusia, en concreto en la región de Tula.