Lisboa, 1 mar (.).- La aerolínea portuguesa TAP obtuvo un beneficio de 34 millones de euros en 2016 frente a las pérdidas de un año antes, un logro basado en la fuerte inversión de sus nuevos accionistas, la expansión del mercado norteamericano y la apertura del puente aéreo Lisboa-Oporto.
El ejercicio pasado supone, por tanto, el "regreso de la compañía a los beneficios", como destacó la propia empresa en un comunicado, después de cerrar 2015 con pérdidas de 99 millones de euros (un 115 %) por la retención de ventas en Venezuela.
La recuperación fue posible pese a la caída de los ingresos, que ascendieron a 2.242 millones de euros, 156 menos que lo obtenido un año antes.
Sin embargo, esta reducción fue "fuertemente compensada", sostiene TAP, "por una reducción aún más expresiva de los costes operacionales, que quedaron en 2.042 millones de euros", 227 millones menos que en 2015.
La empresa destacó la inyección de capital de los nuevos accionistas, el consorcio privado Gateway, que permitió realizar "fuertes inversiones" como la renovación total de la flota regional o el arranque del puente aéreo Lisboa-Oporto.
Asimismo, durante el año pasado la aerolínea lanzó una nueva estructura tarifaria para competir con las compañías de bajo coste, "lo que permitió a la compañía recuperar su cuota de mercado", y por otro lado comenzó un plan de expansión en Norteamérica.
Se trata de las nuevas rutas a Boston y al aeropuerto JKF de Nueva York, a las que se suman el aumento de los vuelos ya existentes con Newark, en Nueva Jersey, y Miami.
Todos estos cambios provocaron un reajuste de la oferta de la aerolínea durante el primer semestre que se tradujo en una "fuerte recuperación" en la segunda mitad del año, obteniendo "sucesivos récords históricos en el número de pasajeros transportados" en los tres últimos meses de 2016.
En total, apunta TAP, el año pasado transportó "un número récord de pasajeros, 11,7 millones, 400.000 más que en 2015", pese a que en 2016 la compañía "redujo en un 3 % su oferta de plazas".
En la actualidad, el Estado portugués posee el 50 % de TAP, en tanto que el consorcio Gateway, integrado por el empresario portugués Humberto Pedrosa (una de las mayores fortunas del país) y el brasileño-estadounidense David Neeleman (dueño de la aerolínea Azul), tiene una participación del 45 %.
Mientras, el 5 % restante está reservado para los trabajadores del grupo.