Madrid, 24 mar (.).- La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha defendido este miércoles que seguirá trabajando con normalidad con independencia de que Eurostat la haya incorporado en el perímetro de las cuentas públicas.
Esa decisión por parte de la oficina estadística europea implicará sumar en 2020 unos 35.000 millones de deuda pública (que alcanzará el 120 % del PIB) y más de 7.000 millones de déficit.
En un comunicado remitido este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el llamado "banco malo" explica que la decisión de Eurostat efectivamente tendrá un impacto tanto en el volumen de deuda pública como en el déficit público.
Sin embargo, "no afecta a la actividad de la compañía ni a la estructura de sus emisiones de títulos de renta fija avalados por el Estado", asegura Sareb, que "seguirá trabajando en su actividad habitual con el objetivo de contribuir al saneamiento del sistema financiero con el menor coste posible para el contribuyente".
En ese sentido, apunta que desde su nacimiento, y hasta el cierre de 2020, la compañía ha reducido su porfolio en 18.981 millones de euros, con unos ingresos totales de 27.928 millones. y ha reducido el importe de su deuda en 15.863 millones.
En paralelo a su actividad desinversora, la compañía está desarrollando un "ambicioso" plan de vivienda social en colaboración con la Administración, que llegará a movilizar hasta 15.000 viviendas, según sus datos.
Creada en 2012 para gestionar los activos inmobiliarios tóxicos de la banca, la Sareb quedó inicialmente fuera de las cuentas públicas porque la participación del Estado era inferior a la mitad (45,9 %).
Sin embargo, ahora la oficina estadística cambia de criterio debido, entre otros motivos, a que el Estado es avalista de la deuda senior y a que la sociedad ha ido acumulando pérdidas, pese a que el Ejecutivo pretendía mantener el sistema contable inicial durante toda la vida de la sociedad.
Esta reclasificación podría llevar también a estudiar la ampliación de la vida de la Sareb, inicialmente limitada a 15 años precisamente porque no formaba parte del sector público, y supondrá que las cuentas de la sociedad se adhieran a los criterios de la contabilidad nacional.