Bruselas, 8 feb (.).- La Unión Europea (UE) adaptará sus normas sobre Ayudas de Estado para autorizar subsidios a la construcción de fábricas de chips dentro de un plan con el que busca cuadruplicar hasta 2030 su producción de semiconductores y reducir así su dependencia de otros países en un sector fundamental.
"Europa necesita instalaciones de producción avanzadas, que vienen con un enorme coste inicial. Por lo tanto vamos a adaptar nuestras reglas de Estado, por supuesto bajo estrictas condiciones. Esto permitirá por primera vez apoyo público para instalaciones europeas primeras en su género", anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El Ejecutivo comunitario presentó este martes la nueva Ley Europea de Chips, que prevé movilizar unos 45.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas para que a final de la década la UE produzca un 20 % de los chips de todo el mundo.
Europa apenas representa ahora un 10 % de un mercado que prevé duplicar su volumen esta década, lo que significa que tendría que cuadruplicar su producción en los próximos ocho años, por lo que Bruselas pone el foco en levantar nuevas fábricas de vanguardia en territorio europeo.
"Estas instalaciones no existirían en Europa si no hacemos algo y es importante para la seguridad de suministro a largo plazo y la competitividad. Esto significa que podría estar justificado cubrir hasta un 100 % del déficit de financiación demostrado", explicó la vicepresidenta comunitaria y responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Pero las ayudas solo serán autorizadas si se trata de fábricas pioneras en su género, de modo que no puedan restar apoyo a otras del mismo tipo, si las ayudas son "específicas y proporcionadas", y si el proyecto beneficia al conjunto de Europa.
Las fábricas tendrán además que seguir un modelo "abierto", de modo que cualquier diseñador europeo pueda producir en ellas sus chips.
La Comisión Europea analizará las ayudas en base a una disposición de los tratados europeos que permite el apoyo público destinado a hacer posible una actividad económica, por lo que no se modificarán las normas de Competencia, precisó Vestager.
La comisaria danesa incidió en que con las condiciones se busca evitar una competencia desleal o una carrera de subsidios entre los países europeos por atraer a fabricantes extranjeros a su territorio.
"No puedes ir de un lado para otro para inflar el subsidio. No podemos autorizar ningún subsidio cuando uno es más alto que el otro. Debemos estar muy atentos a que un Gobierno no intenta atraer inversión a su territorio inflando la ayuda estatal prometida", dijo.
El fabricante estadounidense de semiconductores Intel (NASDAQ:INTC) o el taiwanés TSMC ya han mostrado interés por instalarse en el Viejo Continente.
Bruselas ha planteado la Ley Europea de Chips después de que la pandemia generase escasez de semiconductores y obligase incluso a paralizar la producción en algunas industrias europeas potentes como la automovilística, revelando cuán vulnerable es por su dependencia de terceros para obtener unos componentes esenciales en cualquier dispositivo digital.
Aunque la UE es líder mundial en investigación y en maquinaria para producir chips, y fuerte en algunos sectores como los chips dem mayor tamaño, para su fabricación depende sobre todo de las factorías de Taiwán y Corea del Sur, responsables de más de la mitad de la producción global y líderes en chips avanzados.
"La Ley Europea de Chips llega en el momento adecuado y tiene dos objetivos principales: a corto plazo, aumentar nuestra resiliencia ante futuras crisis anticipándonos y evitando problemas de suministros y, a medio plazo, hacer de Europa un líder industrial en este mercado muy estratégico", dijo von der Leyen.
Para ello, además de aumentar la producción, la estrategia de Bruselas pasa por reforzar su liderazgo en investigación y asegurar sus cadenas de suministro, asociándose con terceros países o controlando la exportación como último recurso en caso de crisis.
De los 45.000 millones que prevé invertir Bruselas, 30.000 millones serán inversiones públicas ya previstas por los países miembros y financiadas con el presupuesto comunitario, el fondo de recuperación Next (LON:NXT) Generation o sus presupuestos nacionales.
Los restantes 15.000 millones serán una combinación de inversiones públicas y privadas destinadas a investigar y a trasladar esta innovación al terreno industrial, por ejemplo invirtiendo en líneas piloto para fabricar prototipos.
A falta de ver los resultados, la cifra europea se acerca a los 52.000 millones de dólares del plan anunciado por EEUU parar revitalizar su sector de chips y hacer frente a China. Pero palidece en comparación con los 170.000 millones de dólares presupuestados por China para semiconductores entre 2014 y 2024 o los 430.000 millones de Corea del Sur.
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