Bruselas, 18 mar (.).- Los países de la Unión Europea dieron este lunes el visto bueno definitivo a su nueva ley de materias primas críticas, que busca reducir la dependencia de otras potencias para obtenerlas fijando metas de extracción, procesado y reciclado en territorio europeo y acelerando la concesión de permisos.
La nueva norma, pactada entre los Estados y el Parlamento Europeo en noviembre pasado y refrendada por la Eurocámara en diciembre, prevé además que los gobiernos y la Comisión Europea puedan designar ciertos proyectos como estratégicos, exige evaluaciones de riesgo a algunas empresas y pide a los países tener planes nacionales de exploración de materias primas.
"Esta ley impulsará nuestro sector minero, mejorará nuestras capacidades de reciclado y procesado, creará trabajos locales y de calidad, y asegurará que nuestra industria está lista para las transiciones verde y digital", dijo en un comunicado el ministro de Economía de Flandes, Jo Brouns, en representación de la presidencia belga del Consejo de la UE.
La legislación establece una lista de 34 materias primas críticas, de las que 17 son declaradas "estratégicas", por su papel en las industrias digitales, ecológica, de defensa o espacial, y fija objetivos para reducir la dependencia de terceros países a la hora de obtenerlas ya que, en algunos casos, los Veintisiete dependen casi al cien por cien de un único proveedor.
En concreto, la UE deberá extraer localmente un 10 % de su consumo anual de estas materias primas, procesar en su territorio el 40 % de esta demanda y cubrir un 25 % de la misma con materiales reciclados.
La ley prevé agilizar los trámites burocráticos, de modo que los permisos de extracción de materias deberán concederse en un máximo de 27 meses y los de reciclado y procesado en un máximo de 15 meses, aunque se incluyen excepciones para asegurar el diálogo con las comunidades locales afectadas por los proyectos y un adecuado análisis de impacto medioambiental en los casos complejos, según indicó el Consejo en un comunicado.
Los Estados tendrán que crear puntos de contacto únicos entras las administraciones y la industria para facilitar el desarrollo de proyectos estratégicos, mientras que las grandes empresas que fabriquen tecnologías estratégicas, como baterías, hidrógeno o generadores renovables, tendrán que llevar a cabo evaluaciones de riesgo para detectar posibles vulnerabilidades en su suministro de materias primas.
La UE busca con estas medidas ganar autonomía a la hora de procurarse materias primas como litio, níquel, silicio, magnesio o paladio, que son indispensables para la fabricación de casi cualquier producto tecnológico, desde teléfonos móviles y baterías hasta aplicaciones de defensa, pasando por paneles solares.
Se prevé que la demanda de estas materias crezca exponencialmente en los próximos años y, a día de hoy, la UE tiene una exacerbada dependencia de terceros para obtenerlos: China le proporciona el 98 % de las tierras raras y el 93 % del magnesio, entre otros minerales de los que es su principal proveedor; Turquía, el 98 % del borato; Chile, el 78 % del litio, y Sudáfrica, el 71 % del platino, entre otros.
Este esfuerzo de producción local se acompañará de acuerdos con terceros países afines, como los firmados recientemente con Chile y Uruguay, para diversificar sus fuentes de suministro.
Tras el visto bueno dado hoy por los países, la ley se publicará en el boletín oficial de la UE y entrará en vigor veinte días después.