Mònica Faro y Lara Malvesí
Gotemburgo (Suecia), 17 nov (.).- Los líderes de la Unión Europea (UE) ensalzaron hoy los estándares sociales que forman parte de la identidad comunitaria para confrontar el euroescepticismo y los efectos que temen que provoque la coincidencia de la salida del Reino Unido ("brexit") con las elecciones europeas de 2019.
En una Cumbre impulsada por Suecia, que ejerció de anfitriona, y la Comisión Europea (CE), los líderes proclamaron en Gotemburgo (oeste) el llamado "pilar social", una compilación de principios laborales y de igualdad que, aseguran, son "estándares europeos", aunque sin desarrollo concreto ni normas vinculantes derivadas, lo que levantó críticas no sólo de los sindicatos.
El propio presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, reclamó que no se tome la firma del "pilar social" como un documento de simples buenas intenciones y se ponga en marcha cuanto antes su aplicación porque la UE "se juega su credibilidad".
"Ahora que soplan vientos de recuperación económica es momento de cuidar las políticas sociales", señaló Juncker, quien desde el último discurso del Estado de la Unión viene advirtiendo de que conviene crear una Europa social "triple A", especialmente, tras los últimos años de medidas de austeridad aprobadas desde la UE.
En el mismo sentido, el primer ministro sueco, el socialdemócrata y exsindicalista Stefan Löfven, se felicitó por la celebración de la Cumbre, pero insistió en el mensaje de que Bruselas sólo recortará distancias con los ciudadanos "si les procura una mejor calidad de vida".
Tras la firma del texto del "pilar social" por los presidentes de las tres instituciones comunitarias, el secretario general de la Confederación Europea de Trabajadores (ETUC), Luca Visentini, subrayó que "el pilar social sólo es útil si es el principio de cosas mejores que vengan", un mensaje que también lanzó Cáritas Europa a través de un comunicado.
Por su parte, la patronal Business Europeo advirtió de la necesidad de "ser consultados" respecto a las políticas europeas que se refieran directa o indirectamente al empleo, comercio, digitalización, mercado laboral o industria.
De la cita en Suecia, la primera Cumbre Social en veinte años, se ausentó la canciller alemana, Angela Merkel, por motivos de agenda nacional, una baja que criticaron duramente, entre otros, el grupo socialista europeo, a través de la eurodiputada Maria Joao Rodrigues, quien tildó el hecho de "inaceptable".
Aunque de la Cumbre no han salido propuestas legislativas concretas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se comprometió a poner en la agenda de la cumbre formal de diciembre la discusión sobre la dimensión social.
Los líderes han participado en distintos paneles en torno a la mejora del empleo y el crecimiento y han mantenido un almuerzo en el que han hablado de propuestas de Cultura y Educación, como la tarjeta europea para estudiantes o el incremento de fondos para el Erasmus.
En su turno de intervención, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, expuso la experiencia española en materia de creación de empleo y dijo que para poder sacar adelante medidas sociales es necesario que haya crecimiento económico en paralelo.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, abogó por definir una serie de "criterios de convergencia social" en la Unión Europea, de aquí a diez años, como se ha hecho en el plano económico y monetario, que acerque a los países en aspectos como un salario mínimo europeo.
Aunque no estaba previsto en la agenda, las negociaciones del "brexit" acapararon buena parte de la atención, dado que May mantuvo reuniones bilaterales tanto con Tusk como con Macron.
En la rueda de prensa final, el presidente del Consejo Europeo dio un ultimátum a Londres para que haga progresos respecto a la factura del divorcio y la frontera física con Irlanda si quiere empezar a negociar la segunda fase del "brexit".
"Para evitar ambigüedades con el calendario, le he dejado claro a la primera ministra británica, Theresa May, que los progresos deben llegar como tarde a principios de diciembre", advirtió Tusk.
La UE está dispuesta a pasar a la segunda fase de las negociaciones del "brexit", centrada en las futuras relaciones entre el bloque y Londres, sólo si hay suficientes progresos en materias como la factura del divorcio, la frontera con Irlanda y los derechos de los ciudadanos.
Otro tema en la "sombra" de la Cumbre, que centró diversas reuniones bilaterales, como la de España y Bélgica, fue el futuro de las agencias europeas que deberán abandonar Londres, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
El primer ministro belga, Charles Michel, pidió a España apoyo a la candidatura de la belga Catherine de Bolle al frente de la Oficina Europea de Policía (Europol), así como a la de su país para albergar la EBA, mientras que el presidente Rajoy defendió la candidatura de Barcelona para la EMA, aunque del encuentro no concluyeron compromisos de apoyo.
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