Ante el constante aumento de las emisiones de CO₂ de los automóviles, el Gobierno austríaco quiere convencer a más ciudadanos de utilizar el transporte público. La nación alpina apuesta por el denominado ‘billete climático’: un abono anual ilimitado, para todo el transporte público del país, desde los autobuses urbanos hasta los trenes de alta velocidad.
"El ‘billete climático’ es una solución maravillosa. Hago la ruta Linz-Viena, a menudo. Por supuesto, supone un gran ahorro de tiempo, porque el tren es más rápido", declara Ruperta, una ciudadana residente en Viena.
El abono anual cuesta el equivalente a tres euros al día; un precio ventajoso, dados los elevados costes del combustible.
"Vivo en el Estado de Baja Austria, y voy al trabajo solamente en tren, pero luego, uso el billete en Viena para otros medios de transporte como el autobús y el tranvía", afirma Marc, un ciudadano residente en Hollabrunn.
"El ‘billete climático’ está disponible en Austria, desde hace un par de años. Tras el éxito inicial, la demanda parece haberse estancado. Apenas algo menos del 3 % de la población posee, actualmente, este abono anual de ámbito nacional", señala Johannes Pleschberger, corresponsal de Euronews.
Christine decidió no comprar el ‘billete climático’, y en su lugar, compra billetes de tren individuales cuando los necesita, ya que solamente puede llegar a su lugar de trabajo en coche.
"No puedo concebir que nosotros, como familia, lleguemos a prescindir del coche. Creo que, especialmente en las zonas rurales, la gente va a necesitar un coche durante un período de tiempo mayor", indica Christine, una ciudadana residente en Velm.
Aunque los austríacos son los ciudadanos de la UE que más viajan en tren, algunas zonas del país siguen estando mal conectadas, sobre todo en las montañas. Sin embargo, para algunas organizaciones, el ‘billete climático’ es un gran éxito.
"Los análisis de satisfacción han demostrado que la principal razón para comprar este ‘billete climático’ es no tener que preocuparse más de comprar billetes. En otras palabras, se trata de la comodidad. Tienes este abono, puedes subirte y simplemente, utilizar el transporte público. Creo que ese tiene que ser, más o menos, el objetivo de todos los proveedores de transporte en Europa", señala Michael Schwendinger, integrante de la ONG ‘Verkehrsclub Österreich’.
“Desde hace unos meses, en Alemania, también existe un abono similar. Así, el concepto de ‘billete climático’ está en expansión”, concluye el corresponsal de Euronews en Viena, Johannes Pleschberger.