Teresa de Miguel
Nueva York, 12 ago (EFE).- La decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación de EE.UU. ha sido el catalizador para que Wall Street viva la semana más agitada de su historia, pero el miedo a una recaída en la recesión es el trasfondo de un nerviosismo entre los inversores que ahora se ha hecho más fuerte.
Jamás en los cerca de 115 años desde su creación, el índice Dow Jones de Industriales, la principal referencia del parqué neoyorquino, había encadenado cuatro jornadas consecutivas con movimientos superiores a los 400 puntos como ha hecho esta semana.
En una "montaña rusa perfecta", como definió a Efe el director del Instituto Lauder de la Universidad de Pensilvania, Mauro Guillén, el Dow Jones se desplomó el lunes más de 600 puntos, rebotó con fuerza el martes hasta recuperar algo más de 400, volvió a caer otros 500 el miércoles y recuperó otros cerca de 400 el jueves.
Este viernes las aguas no parecían calmarse en el parqué neoyorquino, donde hacia la media sesión el Dow Jones subía cerca de 200 puntos con los que se encaminaba a cerrar con otro cambio notable, ya que la recta final de la jornada está siendo la más agitada estos días cargados de volatilidad en Wall Street.
Las sacudidas que ha vivido esta semana ese índice revelan una inquietud latente en los mercados que algunos analistas e inversores empiezan a comparar con lo vivido en 2008, cuando Estados Unidos cayó en la recesión más profunda y prolongada desde la Gran Depresión.
The New York Times dedicaba el jueves el principal artículo de su portada a esa comparación y en los canales estadounidenses de información financiera ese año volvía a escucharse en boca de los analistas económicos.
Todo ello deja patente el miedo existente a una recaída, una posibilidad que fomenta un debate en el que, pese a que la mayoría conviene en que la agitación de los mercados es similar a entonces, hay discrepancia en si los peligros son los mismos que hace tres años.
"El colapso de instituciones financieras como Lehman Brothers no se puede volver a producir porque ya no están cargadas de activos tóxicos como entonces, pero el temor es ahora que un prolongado periodo de bajo crecimiento económico ponga contra las cuerdas a los grandes bancos en EE.UU. y Europa", explicó a Efe Guillén.
"La situación es muy distinta, pero no por eso mejor", apuntó el economista, que hace hincapié en la crisis de deuda y también de liderazgo en estos difíciles momentos.
Aunque el debate está servido entre catastrofistas augurios como los del reconocido economista Nouriel Roubini y algo más optimistas pronósticos, como los del tercer hombre más rico del mundo, Warren Buffett, lo que está claro es que la recuperación económica estadounidense ha empezado a dar señales de debilitamiento y eso tiene muy preocupado a Wall Street.
Al anímico crecimiento en EE.UU. y a la crisis de la deuda en la zona euro, se unió la semana pasada el exasperante debate entre demócratas y republicanos para elevar el endeudamiento público en este país, que dejó a la mayor economía del mundo al borde de la suspensión de pagos.
El desasosiego que despertó el miedo a la quiebra se disparó después de que precisamente esa situación llevara el viernes pasado a la agencia de calificación Standard & Poor's a degradar la máxima nota de la deuda soberana estadounidense por primera vez en su historia.
La decisión desató esta semana una volatilidad en el parqué neoyorquino que ha producido la pérdida de unos 362.000 millones de dólares en ese mercado de valores, un fuerte golpe que según declaró hoy al diario The Wall Street Journal el economista de ITG Investment Research, Steve Blitz, "eleva absolutamente el riesgo a una recaída".
Para Roubini, reconocido como uno de los pocos analistas que predijo la pasada crisis económica, después de esta semana el mundo tiene más de un 50 % de probabilidades de volver a entrar en una recesión, por lo que aseguró que ahora está buscando liquidez.
"No es el momento de estar en activos de riesgo", subrayó en una entrevista con ese diario neoyorquino.
Muy diferente es la visión de Buffett, el llamado "Oráculo de Omaha" por sus certeras previsiones y su habilidad para encontrar activos devaluados, quien cree que no es momento de que cunda el pánico sino de hacerse con valores.
"Hasta ahora, el negocio ha estado recuperándose de forma continuada, incluso más que el ánimo de la gente", aseguró esta semana a la revista Forbes. EFE