Roma, 28 ene (EFE).- La Bolsa de Milán vivió hoy una complicada jornada agitada principalmente por su sector bancario y las dudas sobre su solidez, a pesar de la anunciada creación de un mecanismo para reducir la ingente cantidad de créditos morosos que acumula.
El índice selectivo FTSE MIB cayó un 3,49 % hasta los 18.189,95 puntos mientras que el general, FTSE Italia All-Share, se contrajo un 3,22 % y acabó asentado en los 19.851,82 enteros.
Esta jornada de jueves fue crítica para los títulos del sector bancario italiano que, en algunos momentos, tuvieron incluso que ser suspendidos de la cotización por exceso de volatilidad.
Al cierre del mercado, la pérdida más sobresaliente la experimentó la Banca Popolare de Milano, que redujo el valor de sus participaciones en un 9,81 %.
La Banca Monte Paschi Siena (MI:BMPS), por su parte, se dejó un 7,88 % por lo que de poco o nada le sirvió la publicación de sus resultados preliminares del 2015, cuando regresó a los beneficios después de cinco años al registrar un beneficio neto de 390 millones de euros.
Les siguieron la Banca Popolare Emilia Romagna (MI:EMII), que cayó un 7,52 %; Unicredit (MI:CRDI), un 6,48 %; Ubi Banca (MI:UBI), un 5,85 %; Banco Popolare (MI:BAPO), un 5,80 %; Mediobanca, un 5,47 %; Intesa Sanpaolo (MI:ISP), un 5,03 %, y Mediolanum, que acabó con una pérdida del 3,97 % de su valor.
Esta contundente y generalizada caída de la banca se produce dos días después de que el Gobierno italiano haya alcanzado un acuerdo con la Comisión Europa para establecer un mecanismo que reduzca la enorme cantidad de créditos morosos que acumula.
Y es que, de acuerdo a un informe de la agencia de calificación Fitch, este tipo de productos financieros presentes en el sistema bancario transalpino suponen más de 200.000 millones de euros.
A falta de conocer los detalles, la idea principal es que Italia no dispondrá de un "banco malo" único como tiene España, sino que desarrollará entidades separadas y gestionadas individualmente a las que los bancos podrán entregar sus préstamos de dudoso cobro.
El mecanismo no prevé ayudas por parte del Estado y por ello velará el Ejecutivo comunitario mediante la figura de un fideicomisario.
No obstante, este "esquema de garantías" aún no ha sido puesto en marcha y no será aprobado, como se creía en un primer momento, esta semana, debido a su complejidad, sino que se prevé que será presentado tras un Consejo de Ministros de la semana próxima.
El ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, señaló el miércoles en una comparecencia en la Cámara de los Diputados que las operaciones de cesión de los créditos morosos no tendrá impacto alguno en la deuda pública ni en el déficit del país.
Asimismo aseguró que "se hará todo lo posible para acelerar el proceso" de creación y para ponerlo en marcha.
En esta jornada "roja" para el mercado italiano, en el selectivo milanés solo se salvaron los títulos petrolíferos, debido al repunte que parece estar experimentando el precio del petróleo y por el acuerdo firmado por Rusia y Arabia Saudí para reducir en un 5 % la producción.
Las petroleras Saipem, en plena ampliación de capital, y Eni ganaron respectivamente un 3 % y un 0,23 %, y la fabricante de tubos de acero para la industria de los hidrocarburos, Tenaris (MI:TENR), avanzó un 0,32 %.
La lluvia de ventas se percibió en otros importantes títulos del selectivo, como el del fabricante italo-estadounidense Fiat Crisler Automobiles, que se desplomó un 7,19 %.
El coloso energético Enel (MI:ENEI) se dejó un 3,52 %, Ferrari (N:RACE), recientemente escindida del grupo Fiat, se desplomó un 4,22 % y Finmeccanica (MI:SIFI), participada por el Estado y especializada en el sector de la seguridad, perdió un 0,92 %.
A pesar de que el desplome de la Bolsa de Milán fue hoy más pronunciado, las pérdidas no son una novedad y sus descalabros se han repetido en numerosas ocasiones durante las últimas semanas, sobre todo en su sector bancario.
Esta tónica se produce desde hace días, después de que el Banco Central Europeo solicitara a algunas entidades italianas una serie de informes sobre los créditos de riesgo que poseen.
En calidad de supervisor bancario, el BCE aseguró que se trataba de un procedimiento "rutinario", pero la decisión ha suscitado la desconfianza de los inversores.
Por esa razón el ministro Padoan ha instado a Fráncfort a emplear un lenguaje más claro con el fin de "evitar informaciones inexactas y mal interpretadas por los mercados".