París, 2 jul (.).- Las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura aumentarán un 5 % en los próximos diez años y un 62 % de ese incremento será responsabilidad de la producción ganadera, según señalan en su informe anual de Perspectivas Agrícolas la OCDE y la FAO.
En su estudio conjunto anual publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destacan que ese incremento de las emisiones será menor que el de la producción agrícola, que subirá a un ritmo del 1 % anual.
La razón de esa menor progresión de los gases causantes del calentamiento climático se explica porque la expansión de la producción se conseguirá sobre todo con mejoras de productividad y sólo marginalmente por una ocupación de mayores superficies.
En cualquier caso, la ganadería reforzará su peso como principal causante del calentamiento dentro del sector primario, seguido del uso de los fertilizantes, que en el próximo decenio supondrán un 34 % de las emisiones adicionales de gases de efecto invernadero.
Los autores del estudio precisan que ahí sólo han tenido en cuenta las emisiones de óxido de nitrógeno generadas durante el proceso de fertilización, ya que si además se añadieran las provocadas durante la fabricación de esos fertilizantes, el efecto suplementario sería de alrededor del 70 %.
La agricultura, las actividades forestales y otros usos de la tierra representan en torno al 22 % de todas las emisiones de efecto invernadero. La mitad proceden del metano y el óxido de nitrógeno causados por las explotaciones agrícolas y ganaderas y la otra mitad de emisiones indirectas de dióxido de carbono (CO2) derivadas del uso de la tierra.
El grueso de ese aumento de emisiones que se va a producir de aquí a 2033 tendrá lugar en países de ingresos medios y bajos, mientras que la región formada por Europa y Asia central será la única en la que se anticipa una disminución debido a una reducción del peso de los animales rumiantes, que producen metano en su proceso digestivo.
En términos relativos, el alza será particularmente fuerte en el África subsahariana (del 0,9 % anual) pero hay que tener en cuenta que el punto de partida allí es relativamente bajo, ya que sólo supone el 16 % de las emisiones de gases de efecto invernadero por la agricultura.
Reducir el hambre con menos desperdicio
La FAO calcula que para 2030 habrá en el mundo unos 600 millones de personas que afrontarán el problema del hambre y al mismo tiempo alrededor del 13 % de los alimentos producidos se pierden después de su recolección y antes de llegar a los mercados minoristas.
Además, un 19 % se desperdicia durante su gestión por los particulares, la distribución y por la restauración.
En volumen, eso se traduce en que de aquí a 2033 se van a desperdiciar cerca de 700 millones de toneladas entre la fase de cosecha y la comercialización, y otros 1.140 millones de toneladas desde que pasan por los canales de distribución y hasta las casas de los consumidores.
Los autores del estudio estiman que si se redujeran a la mitad todas esas pérdidas y desperdicios, se podría reducir en unos 153 millones las personas que sufren hambre en el mundo, es decir, un 26 %.