Madrid, 25 nov (.).- Las estaciones de esquí esperan superar este invierno las cifras de antes de la pandemia, que ha marcado las dos últimas temporadas, obligando a muchas de ellas a permanecer cerradas o semicerradas el año pasado, lo que se ha traducido en una caída del número de visitantes y, consecuentemente, de los ingresos.
Tanto las estaciones españolas como las andorranas y del Pirineo francés están calentando los motores para la inminente apertura de sus instalaciones gracias a las nevadas de esta semana, justo antes del puente de la Constitución en España, la primera gran cita de la nieve.
Los últimos dominios esquiables en presentar sus novedades para esta temporada en Madrid han sido este miércoles las 39 estaciones del Pirineo francés y las del grupo Aramón que abrirán sus puertas los próximos días 4 y 3 de diciembre, respectivamente.
También la andorrana Grandvalira espera estrenar la campaña de nieve el 3 de diciembre, mientras que Ordino Arcalís, estación a la que se puede acceder con el mismo forfait, tiene previsto hacerlo el 27 de noviembre.
También la catalana Baqueira Beret inaugurará la temporada este sábado, con 15 remontes en funcionamiento y 34 pistas que suman 54 kilómetros esquiables, para ir abriendo la próxima semana el resto de sus instalaciones, si las condiciones lo permiten.
Las estaciones de FGC (Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya) también darán el pistoletazo de salida a la temporada este fin de semana, con la apertura mañana de Port Ainé, en el Pirineo de Lleida, seguida de las de La Molina, Vallter y Boí Taüll, al día siguiente.
INVERSIONES
Las estaciones del Pirineo francés, que reciben 650.000 visitantes españoles al año, han invertido entre 2020 y 2021 casi 40 millones de euros para cumplir tres objetivo: reforzar la calidad de la oferta de las zonas de esquí, proponer una oferta diversificada en torno a las multiactividades y comprometerse con un sistema sostenible del desarrollo sostenible y la preservación de la montaña.
Esta temporada, la mascarilla será obligatoria en el Pirineo francés en las paradas y en el autobús; en las colas y en los remontes: alquilando material; en bares y restaurantes mientras los clientes se desplazan por el establecimiento; o al inicio y al final de las clases para el monitor y para los alumnos.
Grandvalira ha invertido 6,7 millones en la creación de nuevas estructuras o la innovación tecnológica, entre otros.
Aramón ha invertido más de 20 millones de euros, con el foco puesto en sostenibilidad económica, social -con nuevos proyectos que darán vida y proporcionarán un atractivo en una zona deprimida- y también medioambiental.
Las inversiones han sido financiadas por un crédito sindicado obtenido gracias a la sostenibilidad del holding que, en los últimos años operativos, "ha demostrado obtener la confianza del cliente y conseguir beneficios en los ejercicios", según sus responsables.
En general, todas las estaciones de esquí españolas han hecho una apuesta clara por la calidad de las instalaciones y la preservación de los entornos naturales.
En conjunto, su inversión ascendió a 38,2 millones de euros, la cifra más alta de los últimos años, a pesar del complicado contexto económico provocado por la covid-19, según la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem).
El año pasado, las estaciones españolas recibieron apenas 1,5 millones de visitantes, lo que llevó consigo una caída del 68 % de los ingresos, la más drástica de la última década, hasta situarse en 37,2 millones de euros.