Madrid, 10 jun (EFE).- El nuevo gobernador del Banco de España, Luis María Linde, se estrena mañana en el cargo en un día clave para la banca, que entra en una nueva etapa de recapitalización masiva con fondos europeos.
El fin de semana del relevo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez -que abandona el cargo un mes antes de lo previsto- ha coincidido con el anuncio de que España pedirá ayuda europea para inyectar en el capital de la banca hasta 100.000 millones de euros.
El anuncio se realizó ayer tras una intensa y larga reunión de casi tres horas, en la que los países del Eurogrupo decidieron arbitrar una línea de crédito para la banca, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) acumula un déficit de capital de entre 40.000 y 80.000 millones de euros.
El Gobierno desconoce cuál será la cifra finalmente solicitada, pues depende del resultado de los informes que ha encargado a firmas independientes sobre la cartera crediticia de la banca.
Las primeras cifras se conocerán el 21 de junio, cuando se publiquen las conclusiones del informe de las consultoras independientes Roland Berger y Oliver Wyman contratadas para recabar los datos sobre las necesidades de capitalización de la banca española y que emitirán cada una un informe.
Ambas consultoras utilizarán dos escenarios para hacer sus cálculos, el primero basado en la situación "más probable" y el segundo, dibujando un escenario más "estresado", donde se asume una peor coyuntura económica y una caída más significativa de los precios de los activos inmobiliarios.
En paralelo, cuatro firmas auditoras, PwC, Deloitte, Ernst & Young y KPMG, están evaluando también las carteras crediticias de los bancos españoles, no sólo las inmobiliarias, sino también las de créditos al consumo, a las empresas y a las familias, para afinar los saneamientos necesarios.
Estas firmas terminarán su trabajo previsiblemente el 31 de julio y será en ese momento cuando el Gobierno tendrá que decidir qué volumen de fondos reclama a Europa.
Los fondos europeos se entregarán a España, a modo de préstamo, a través del Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB), el instrumento creado hace unos años para impulsar el saneamiento bancario.
Dado que el FROB es una entidad pública, la cantidad que se invierta en los bancos españoles pasará a engrosar la deuda pública española, y los intereses pagados computarán como gasto a efectos de déficit.
El Banco de España será el encargado de analizar el resultado de los trabajos de las consultoras y auditoras contratadas para calcular cuánto capital y provisiones adicionales necesitan los bancos españoles para después exigirles estos saneamientos.
De esta forma, terminar definitivamente con el saneamiento del sector financiero, recuperar el buen nombre del supervisor y alejar de la entidad el fantasma de la política que ha ensombrecido de alguna manera el trabajo de su antecesor son los principales retos que marcarán desde mañana la labor de Linde.
Esta es la opinión mayoritaria de los expertos consultados por EFE, que también alaban el perfil técnico y profesional del nuevo responsable de la institución, frente a las críticas recibidas por su antecesor, el socialista Miguel Ángel Fernández Ordóñez.EFE