Madrid, 25 ene (.).- Los analistas coinciden en que la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no ha arrojado sorpresas y apuntan que la orientación de su política monetaria dependerá, sobre todo, de la evolución de los costes salariales en Europa y del estado de las cadenas de suministro.
Aunque la mayor parte de los expertos sostiene que el BCE no empezará a bajar los tipos de interés antes del verano, algunos aventuran recortes más tempranos si la economía europea ofrece síntomas de debilidad.
En su primera reunión del año, el Consejo de Gobierno del BCE ha decido mantener los tipos en el 4,5 %. Es la tercera vez consecutiva que el banco opta por dejar inalterado el precio del dinero.
"Las tasas de inflación han caído lo suficiente como para que no sean necesarias más subidas de tipos. Sin embargo, el BCE aún no necesita bajarlos porque las perspectivas económicas todavía no son suficientemente malas", señala Martin Moryson, economista jefe para Europa de DWS (ETR:DWSG), la gestora de Deutsche Bank (ETR:DBKGn).
Según Moryson, los próximos pasos del BCE dependerán más de los datos de inflación y crecimiento económico que de las fechas.
La economista de DWS apuesta por una primera bajada en junio, después de que se publiquen los datos sobre la evolución de los salarios en el primer trimestre.
"Es probable que los mercados tengan que esperar un poco más para los recortes de tipos", apunta Madison Faller, de JP Morgan (NYSE:JPM) Private Bank.
En su opinión, los responsables del BCE han sido "bastante claros" en sus intervenciones y han recalcado que necesitan confirmar que la inflación "está regresando de manera sostenible a su objetivo".
"El proceso de desinflación continúa pero la fortaleza del mercado laboral sigue alimentando la preocupación por el elevado crecimiento salarial", destaca Anna Stupnytska, economista de Fidelity.
Además, el conflicto desatado en el mar Rojo por los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen también plantea "riesgos al alza para la inflación".
En la misa línea se expresa Ann-Katrin Petersen, del BlacRock Investment Institute. "El BCE recortará los tipos en 2024 pero no tiene prisa. Todavía considera que su lucha contra la inflación está inconclusa", explica.
Petersen se muestra convencida de que la inflación caerá hasta el objetivo fijado por el BCE (2 %) "a medida que el 'shock' energético se vaya disipando y las subidas de tipos hagan su efecto".
No obstante -añade- "esto no supone todavía un regreso al mundo tal y como lo conocíamos".
"Con un mercado laboral ajustado y una productividad moderada, las presiones salariales podrían seguir siendo altas, provocando que la inflación de la zona del euro vuelva a subir", subraya.
Menos temor a la inflación, aunque con matices, muestra Franco Macchiavelli, de Admirals España.
"Una inflación salarial ajustándose y cada vez menos vacantes de empleo deberían enfriar el temor a un repunte inflacionario", señala.
No obstante, admite que "la inflación de segunda y tercera ronda puede poner en un aprieto al BCE" en las próximas reuniones.
Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch resume las alternativas del BCE. "Una recesión anticipada (en Europa) podría acelerar los recortes de tipos, mientras que la presión salarial y los riesgos geopolíticos podrían retrasarlos".
A su juicio, aunque una eventual recesión podría aliviar la presión inflacionista, "los aumentos salariales y las complicaciones en las cadenas de suministro podrían provocar un repunte".
Más optimista sobre una temprana bajada de tipos es Robert Schramm-Fuchs, gestor de renta variable europea de Janus Henderson.
"La conferencia de prensa del BCE es alentadora para los mercados de renta variable. Parece que la presidenta ha dejado la puerta firmemente abierta a un inicio del ciclo de recortes en abril", avanza.
Según Schramm-Fuchs, aunque Lagarde "ha hablado mucho de las presiones salariales", la "realidad" es que la inflación de la Eurozona ha retrocedido hasta una tasa anualizada del 2 %.
"Dado el estancamiento de la economía europea, al borde de la recesión en los últimos dieciocho meses, los recortes de tipos deberían permanecer en el punto de mira del mercado", sostiene.