Madrid, 1 feb (.).- Bancos de inversión y gestoras mantienen su pronóstico de que las bajadas de tipos de interés en Estados Unidos llegarán en el segundo semestre después de que ayer la Reserva Federal (Fed) decidiera mantener los tipos de interés en la horquilla actual del 5,25 % y el 5,5 %.
El presidente Jerome Powell enfrió las expectativas de algunos actores del mercado que esperaban que los recortes de los tipos llegaran en marzo al no dar fechas concretas, apuntar que las bajadas empezarían en algún momento de este año y reiterar la idea de que estas dependen de los datos.
"La evolución del equilibrio entre los progresos de contención de la inflación y el crecimiento todavía resiliente de la economía estadounidense hacen que la Reserva Federal haya señalado claramente que su próximo movimiento será probablemente un recorte de tipos, pero mantiene sus opciones abiertas en el tiempo y la próxima reunión de marzo podría ser demasiado pronto", señalan Tiffany (NYSE:TIF) Wilding y Allison Boxer, economistas de Pimco.
Las expertas de una de las mayores gestoras globales estiman que aunque técnicamente marzo podría ser una posibilidad, el discurso de la Fed muestra que esperan obtener una mayor confianza en que la inflación se dirige de forma sostenible hacia su objetivo del 2 % antes de recortar los tipos.
Desde Fidelity también consideran que es poco probable que la Fed se apresure a recortar tipos antes de junio, y esperan que una vez que comience el ciclo de recortes, no lo haga con el piloto automático, ya que, estiman el ritmo que aplique dependerá fundamentalmente de la combinación de crecimiento e inflación en ese momento.
"Creemos que la Fed tardará un poco más en acumular pruebas adicionales sobre la inflación y obtener más claridad sobre cómo se transmite la política monetaria a la economía. Esto descarta un inicio temprano del ciclo de recortes, lo que concuerda con el comentario de Powell de que marzo no es el caso base", apunta Anna Stupnytska, macroeconomista global de Fidelity International.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) tendrán en cuenta una amplia gama de información, incluidas lecturas sobre las condiciones del mercado laboral, presiones inflacionarias y expectativas de inflación, y acontecimientos financieros e internacionales, según apunto la Fed en un comunicado.
Un mensaje que reforzó el propio Powell al reiterar que son necesarios más datos para confirmar que la inflación va en el camino adecuado.
James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, estima que la el FOMC no parece tener prisa por recortar los tipos al haber advertido que necesita tener más seguridad de que la inflación ha vuelto de forma sostenible a su objetivo antes de poder relajar la política monetaria, una afirmación, que considera, decepcionará a quienes apostaban por un recorte en mazo.
"Sin embargo, la puerta no está cerrada del todo a un giro rápido de la política monetaria, ya que el comunicado señala que podría producirse un ajuste rápido en caso de que los datos de actividad empiecen a deteriorarse", añade McCann.
La reunión de la Fed se produjo después que se publicará hace unos días el dato del producto interior bruto (PIB) del país de 2023 que mostró un crecimiento del 3,1 % en el año.
Alfredo Jiménez, del Instituto Español de Analistas, apunta que, además del PIB, desde la última reunión de mediados de diciembre, se han publicado varios indicadores económicos en EE.UU. que pueden marcar el ritmo de la Fed entre los que destaca que el mercado laboral se mantiene sólido, así como un repunte de la inflación interanual en diciembre.
"En definitiva, datos que podrían justificar la continuación de las medidas restrictivas para combatir la inflación y enfriar la economía", apunta Jiménez.
Respecto a la posible velocidad de los recortes una vez que comiencen, Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, considera que esto dependerá de evolución de variables como la oferta de mano de obra, el impacto de la geopolítica en materias primas o la posibilidad de medidas de apoyo más sustanciales por parte de China.
Unos tipos más bajos alimentan intrínsecamente unas condiciones financieras más fáciles, que a su vez a su vez, alimentan tanto el crecimiento económico como la inflación. Pero por ahora, el aterrizaje suave de la economía estadounidense es una realidad que la mayoría había descartado, explica Thozet.