Viena, 30 dic (.).- La mayoría de los austríacos está hoy conforme con el euro, cuya introducción desde hace veinte años ha aportado claros beneficios para la economía del país, altamente dependiente de las exportaciones y el turismo, según un informe del Banco Nacional Austríaco (ÖNB).
Austria "pudo cosechar los beneficios de la integración europea y del euro mejor que muchos otros países de la zona del euro", pues la moneda única ha contribuido a una "internacionalización dinámica" de su economía entre 1999 y 2020, explica el documento.
Esa evolución se ve reflejada en las inversiones directas, tanto de empresas nacionales como de las extranjeras, que subieron del 9 % al 51 %, y del 12 % al 42 %, del PIB, respectivamente.
"Como país pequeño y orientado a la exportación, Austria se ha beneficiado aquí de forma desproporcionada", subraya el ÖNB.
En términos reales, la economía austríaca creció de media un 1,3 % anual hasta principios de 2020, es decir, hasta antes de la crisis del coronavirus, lo que propició un incremento del empleo y una balanza por cuenta corriente con superávit desde 2002.
Hoy, un 57 % de los austríacos expresa una confianza alta o incluso muy alta en el euro, frente a un 39 % que dice confiar poco o muy poco, según un sondeo realizado por la Sociedad austríaca para la política europea (ÖGfE).
Sus resultados, publicados este jueves por el diario vienés Die Presse, revelan que "el euro transmite seguridad y cohesión" en medio de "tiempos turbulentos" como los de ahora, dice el secretario general de la ÖGfE, Paul Schmidt.
Pero no siempre fue así: la llamada "crisis de la deuda", que golpeó sobre todo al sur de la Unión Europea (UE), hundió la confianza en el euro hasta el 38 %.
En 2012 una encuesta reveló que el 42 % de los austríacos pensaba que España, Grecia y Portugal iban a salirse de la eurozona en un plazo de 10 años. Desde entonces, la convicción de que la moneda única persistirá a largo plazo ha aumentado hasta el 74 %.
Ahora el 79 % de los encuestados considera que el euro es importante para la posición de la UE en el mundo, mientras que solo un 17 % estima que es poco o nada importante, según la ÖGfE.
Con respecto al papel de la moneda única en la capacidad adquisitiva de la población, el ÖNB admite que "ha evolucionado de forma divergente en los últimos años", dependiendo del producto.
El instituto económico austríaco WIFO calcula, por ejemplo, que los 6,1 minutos que un empleado de la industria requería trabajar para comprar un kilo de azúcar en 1998 se redujo a 3,3 minutos en 2020, año en el que para adquirir un litro de leche un obrero tuvo que trabajar 3,7 minutos, frente a 5,1 en 1990.
En cambio, la capacidad adquisitiva ha disminuido frente a algunos servicios, como los de peluquería o mecánica de automóviles, indica el informe del Banco Nacional.