Madrid, 14 nov (.).- La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebús), la empresa alemana FlixBus y la Empresa Municipal de Transportes (EMT) Madrid se han quejado este lunes de la obligatoriedad aún del uso de mascarillas para protegerse del contagio del coronavirus.
Durante el III Simposio del Observatorio de la Movilidad y las Ciudades organizado por El Español e Invertia, el presidente de Confebús, Rafael Barbadillo, ha considerado un sinsentido que a día de hoy se siga obligando a llevar mascarillas en los autobuses.
A modo de ejemplo, ha expuesto que los niños están jugando en el colegio y compartiendo el mismo espacio en un aula sin mascarillas y luego están obligados a ponérselas al subir al autobús, además de que el conductor actúa como revisor y obliga a llevarla puesta, a diferencia del metro o el ferrocarril.
En la misma línea se ha expresado el director gerente de la EMT, Alfonso Sánchez, que considera que esta obligatoriedad estigmatiza al transporte público y pasa por alto que un autobús, además de que está abriendo las puertas continuamente, se ventila entre 90 y 120 segundos.
Barbadillo ha destacado el esfuerzo que hacen de las compañías asumiendo los descuentos al transporte por carretera y esperando a que luego pague la administración, lo que considera que podría poner en apuros a más de una compañía.
Además, ha insistido en que el mercado en España está "liberalizado" y ofrece tarifas estables con independencia de las fechas del calendario, lo que no ocurre en otros medios de transportes.
En su opinión, el sistema concesional es "el más desarrollado de toda la Unión Europea" y ello ha permitido que los autobuses muevan más pasajeros que el ferrocarril.
Sin embargo, el director general de Flixbus en España y Portugal, Pablo Pastega, ha criticado duramente el modelo, que ha considerado atrasado, y ha llamado la atención de que su compañía tenga más de una treintena de líneas entre Madrid y varias ciudades europeas que no pueden recoger pasajeros en otras localidades en las que para.
En su opinión, esa realidad se explica por el modelo concesional de España en el que dos empresas tienen el 80 % del mercado, una afirmación que ha negado el presidente de Confebús, quien ha afeado que Flixbus no tiene ni autobuses ni trabajadores y opera subcontratando.