Por Sonya Dowsett
MADRID (Reuters) - Los bancos extranjeros que invirtieron en nueve autopistas de peaje españolas están prolongando un demorado rescate de 2.300 millones de euros para nacionalizar unas carreteras en quiebra con la esperanza de obtener mejores condiciones y recuperar parte del dinero, dijeron tres fuentes.
España, que apenas está escapando de una crisis de deuda nacional que sumió al país en la recesión, está desesperada por evitar que las deudas de más de 4.000 millones de euros asociada a estas autopistas tengan impacto en el déficit en un momento en el que está bajo presión para alcanzar los estrictos objetivos fiscales impuestos por Bruselas.
El Gobierno de Mariano Rajoy, con un ojo puesto en las elecciones generales del año que viene, ya ha dicho que planea rebajas de impuestos, lo que tensa aún más las cuentas del Estado.
El tráfico en las autopistas de peaje españolas ha caído más de un 25 por ciento en seis años de declive económico, según los datos del Ministerio de Fomento. Pero el tráfico de las autopistas afectadas se ha desplomado cerca del 40 por ciento desde el comienzo de la crisis económica, ya que muchas de ellas tienen en paralelo autopistas libres de peaje.
El principal atasco en las negociaciones para los bancos se encuentra en la propuesta de una quita del 50 por ciento en los préstamos concedidos a las sociedades concesionarias que se declararon en suspensión de pagos tras no conseguir captar vehículos durante la recesión.
El Gobierno se reunió con todos los bancos internacionales a principios de septiembre para tratar de alcanzar un consenso, dijo una fuente con conocimiento directo de las negociaciones.
Entre los bancos internacionales que actualmente se oponen al plan figuran RBS, ING, Commerzbank, Lloyds y HSBC, dijo la fuente. Otra fuente dijo que BNP Paribas también había invertido en las carreteras.
Estos bancos no quisieron hacer comentarios, mientras que no se pudo contactar de manera inmediata con HSBC.
"No hemos aceptado las condiciones ofrecidas por el Gobierno español, en línea con muchos otros bancos extranjeros que están juntos en ésto", dijo una fuente de uno de los bancos bajo condición de anonimato. Los bancos extranjeros son acreedores de alrededor del 40 por ciento de la deuda de las autopistas.
Las fuentes rechazaron comentar si otros bancos también estaban implicados y el Gobierno no quiso identificar qué bancos extranjeros tenían inversiones en autopistas.
Medios españoles han señalado que Banco Espirito Santo, Societe Generale, Dexia, Deutsche Bank y Credit Agricole también estaban en la lista de los bancos que podrían verse afectados por el rescate.
Deutsche Bank y Dexia rechazaron ofrecer comentarios. Los otros no respondieron a solicitudes para realizar comentarios.
"Las negociaciones siguen. Los bancos extranjeros están presionando para tener mejores condiciones. Están apretando las clavijas a última hora para ver si pueden conseguir más", dijo otra fuente con conocimiento de las conversaciones.
EQUILIBRIOS
Según la ley española, que data de hace 40 años, las autopistas de peaje son propiedad del Estado y las empresas las explotan en régimen de concesión. Si estas autopistas quiebran, existe la llamada RPA, por la que el Estado tiene que trasladar el impacto de los pasivos al déficit público.
El Gobierno rechazó hacer comentarios sobre las negociaciones, más allá de señalar que sigue trabajando en una solución.
Grupos de infraestructuras como Ferrovial, Abertis, OHL, ACS, FCC y Acciona crearon sociedades conjuntas para pujar por concesiones públicas y construir autopistas de peaje en los años del boom económico. Y para ello pidieron el dinero a los bancos.
Bancos nacionales como, BBVA, Bankia, Caixabank, Sabadell y Popular han aceptado en su mayoría los términos del rescate, dijeron fuentes bancarias.
Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell no quisieron hacer comentarios y Popular no estuvo inmediatamente disponible.
Barclays también invirtió en las autopistas, pero transferirá esta inversión al español Caixabank a final de año en el marco del acuerdo anunciado en agosto por el que venderá sus negocios de banca al por menor y corporativa en España, dijeron tres fuentes con conocimiento del asunto. Caixabank rehusó hacer comentarios.
Los bancos tienen en sus balances unas deudas asociadas a estas concesiones de unos 3.900 millones de euros, más otros 470 millones de euros en financiación concedida a las constructoras. Según el Gobierno, el impacto máximo para el déficit sería de 3.000 millones de euros.
España se ha comprometido a reducir su déficit público a cerca del 3 por ciento del PIB para 2016, lo que equivale a un ajuste de unos 35.000 millones de euros.
El Ejecutivo negocia paralelamente con Bruselas para asegurarse de que cualquier solución no suponga ayudas del Estado.
España quiere crear un holding público que acoja a estas autopistas fallidas, forzando una quita del 50 por ciento a los bancos y pagando el resto con bonos amortizables a 30 años y una rentabilidad fija del 1 por ciento anual más un componente variable en función del tráfico.
"El gobierno está haciendo equilibrios para cumplir sus obligaciones con los inversores y explicar a los ciudadanos porqué está recortando el gasto en salud y al mismo timepo rescatando autopistas privadas", dijo Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora inmobiliaria Irea.