Bruselas, 8 may (.).- El banco holandés ING (AS:INGA) obtuvo un beneficio neto de 670 millones de euros durante el primer trimestre del año 2020, lo que supuso una caída del 40,1 % con respecto a los mismos tres meses del año anterior, según los resultados publicados este jueves por la entidad.
El consejero delegado de ING, Ralph Hamers, afirmó en un comunicado que el desempeño de la entidad durante este trimestre "demostró la fuerza" de su modelo de negocio, aunque admitió un aumento sustancial de las provisiones para insolvencias que, junto a la volatilidad del mercado, han resultado en un beneficio neto "menor" para este trimestre.
Los ingresos del banco en este periodo cayeron un 1,4 %, hasta los 4.511 millones de euros.
Los ingresos por intereses aumentaron un 0,5 %, hasta los 3.501 millones de euros, mientras que los obtenidos por tasas y comisiones progresaron un 16 % y llegaron a 783 millones.
Fueron los ingresos por inversiones, no obstante, los que más retrocedieron frente al primer trimestre de 2019, al caer un 86 % hasta los 21 millones de euros.
En el primer trimestre de este ejercicio, los préstamos para hipotecas concedidos subieron un 1 %, hasta 294.600 millones de euros, mientras que la categoría de "otros créditos a clientes" creció un 5,7 % hasta los 337.000 millones y los depósitos de los clientes anotaron un alza del 4,4 % y se situaron en 586.200 millones.
Las provisiones para insolvencias, por su parte, crecieron un 219,3 %, hasta los 661 millones de euros, por el contexto de incertidumbre causado por la pandemia de coronavirus.
El banco registró un ratio de capital de máxima calidad (Tier 1 "fully loaded") del 14 %, un dato que según la compañía "refleja los impactos en el capital causados por la volatilidad a finales de marzo".
En torno a un 80 % del personal de ING está trabajando desde casa y se ha limitado el número de empleados en las oficinas reduciendo el número que están abiertas y sus horarios, si bien manteniendo aun así el acceso a este canal para los clientes.
ING ha suspendido los pagos de dividendos hasta al menos el 1 de octubre, algo que ha recomendado, entre otras instituciones internacionales, el Banco Central Europeo.