Investing.com -- Los cambios prometidos por el presidente electo Donald Trump en las políticas energéticas y medioambientales podrían tener implicaciones significativas para los inversores, según Nigel Green, CEO de deVere Group, una importante organización independiente de asesoramiento financiero y gestión de activos. Se prevé que Trump firme hasta 25 Órdenes Ejecutivas en su primer día en el cargo, el 20.01.2023, lo que podría provocar cambios sustanciales en los mercados energéticos.
Las promesas de campaña de Trump incluían revertir las regulaciones ambientales e impulsar la producción nacional de combustibles fósiles. Estos cambios podrían materializarse rápidamente tras su toma de posesión. En un reciente mitin en Phoenix, Trump confirmó su intención de firmar una serie de órdenes ejecutivas que afectan la política energética desde el primer día. Estas órdenes podrían derogar las restricciones de la era Biden sobre la producción de energía, poner fin al mandato de vehículos eléctricos, cancelar la prohibición de exportación de gas natural y reabrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR) en Alaska para la perforación.
El equipo de Trump también planea lanzar una iniciativa de reducción del gobierno, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, para reducir aún más las regulaciones. Estos cambios podrían conducir a un resurgimiento de las industrias de combustibles fósiles, incluyendo la producción de carbón, gas natural y petróleo, particularmente en Alaska. La reapertura de ANWR, uno de los yacimientos petroleros sin explotar más grandes del mundo, podría impactar significativamente los mercados energéticos globales.
Green señala que estos cambios podrían brindar una oportunidad lucrativa para los inversores en acciones de energía tradicional. Las empresas de servicios petroleros, exploración y producción, y las firmas de infraestructura podrían beneficiarse considerablemente a medida que se flexibilizan las restricciones regulatorias. Además, el enfoque de Trump en la independencia energética podría impulsar las inversiones en empresas energéticas de "midstream", incluidos los operadores de oleoductos, ya que los nuevos proyectos recibirían aprobaciones aceleradas.
Aunque Green no mencionó empresas específicas, Halliburton (NYSE:HAL) es una compañía de servicios petroleros que otros analistas consideran beneficiaria.
Sin embargo, los inversores también deben prepararse para una posible volatilidad en los sectores de energía renovable. La reversión de Trump de las iniciativas centradas en el clima, como los subsidios para vehículos eléctricos y proyectos de energía renovable, podría socavar el crecimiento en estas áreas. Las empresas que dependen de incentivos federales pueden necesitar recalibrar sus estrategias. La dinámica del comercio internacional, especialmente en minerales críticos para tecnologías renovables, podría cambiar drásticamente si se introducen aranceles o prohibiciones de exportación.
Green aconseja a los inversores que reevalúen su exposición a sectores que podrían beneficiarse de la agenda pro-energía de Trump, mientras mitigan los riesgos en áreas potencialmente vulnerables. La diversificación y los ajustes proactivos en las asignaciones de activos serán clave. La desregulación de los combustibles fósiles, combinada con incentivos para la producción de energía doméstica, podría impulsar un mercado alcista renovado en las acciones de energía tradicional. Al mismo tiempo, el sector de energía renovable puede enfrentar turbulencias, lo que requiere que los inversores actúen con cautela.
Green también subraya la importancia de explorar oportunidades emergentes en infraestructura. A medida que los proyectos energéticos se intensifiquen, habrá una mayor demanda de servicios de construcción, ingeniería y logística para respaldar este crecimiento. Estos sectores podrían proporcionar nuevas vías para inversiones estratégicas.
No obstante, las órdenes ejecutivas de Trump centradas en la energía podrían enfrentar desafíos legales y regulatorios, potencialmente retrasando su implementación. Estas incertidumbres añaden una capa de complejidad para los inversores. También deben considerarse los factores geopolíticos. Las políticas destinadas a impulsar la producción de energía doméstica podrían alterar la dinámica del comercio internacional, particularmente con las naciones clave exportadoras de energía. Esto podría llevar a cambios en los precios del petróleo y el gas, impactando aún más los mercados globales.
Green concluye que la administración entrante de Trump está lista para provocar un cambio importante en la política energética, presentando un momento crucial para los inversores. Aconseja a los inversores prepararse ahora, antes de que estos cambios comiencen a impactar los mercados. Aquellos que actúen rápidamente pueden posicionarse para capitalizar las oportunidades mientras sortean los riesgos que conllevan cambios de política tan dramáticos.
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