Santiago de Chile, 3 may (.).- Los chilenos comenzaron este lunes un nuevo proceso, el tercero desde el inicio de la pandemia, para retirar sus ahorros de las pensiones para aliviar la crisis económica que ha generado la covid-19 y que puede suponer la salida de 19.000 millones de dólares de esos fondos de previsión social.
Chile dio luz verde hace una semana a una iniciativa que permite retirar el 10 % de las cuentas de ahorro individual de pensiones, de contribución obligatoria para los trabajadores, y que gestionan las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
En menos de una hora desde que se abrió el plazo, más de medio millón de chilenos ya había ingresado la petición para retirar el montante de su cuenta que les correspondía, según consignaron medios locales.
Este trámite, que se hará de forma telématica durante las dos primeras semanas, podría beneficiar a alrededor de 10 millones de contribuyentes que recibirán en sus cuentas el dinero en menos de 15 días, según datos de la Asociación de las AFP.
Se trata de la tercera retirada que aprueba el Gobierno de Chile, después de los de julio y diciembre, que supusieron entre ambos un desembolso de más de 37.000 millones de dólares para los fondos privados, según la Superintendencia de Pensiones.
Alrededor de 3 millones de pensionistas ya no disponían en febrero de ahorros para una tercera retirada del 10 % debido a los dos retiradas anteriores, de acuerdo con el ente regulador.
Este era uno de los argumentos que el Gobierno esgrimió para oponerse frontalmente al proyecto y la razón por la que ingresaron un proyecto, que se comenzará a debatir este lunes en el Parlamento y que busca entregar un bono de 200.000 pesos (280 dólares) para quienes se hayan quedado sin fondos.
Retirar los ahorros de las pensiones ha generado polémica: mientras los detractores señalan que suponen una forma de hipotecar el futuro de los contribuyentes, los defensores opinan que la pandemia está durando más de lo previsto y que los 18.000 millones de dólares en ayudas anunciadas por el Gobierno "no están llegando a la gente".
El modelo de pensiones chileno, implantado duranten la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y pionero en la región en establecer la capitalización individual, es ampliamente criticado por las irrisorias jubilaciones que ofrece y los millonarios beneficios de las empresas privadas que gestionan los fondos.