Lisboa, 5 ago (EFE).- Los supervisores bancarios y bursátiles de Portugal aclararon qué activos irán al "Novo Banco", escisión saludable del extinto Banco Espírito Santo (BES), y cuáles irán al "Banco Malo", un vehículo sin licencia bancaria con activos tóxicos.
En un comunicado publicado en la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) lusa, el "Novo Banco" enumeró los productos bancarios e instrumentos de financiación que pasarán a integrar su perímetro, entre los que destacan depósitos ordinarios, seguros, cuentas de ahorro, crédito hipotecario y a empresas.
El "Novo Banco" pasará a ser recapitalizado con una inyección de 4.900 millones de euros (4.400 de fondos públicos), resultante en 4.900 millones de acciones con valor de un euro cada una controladas por el Fondo de Resolución, instrumento bancario liderado en una primera etapa por el Ministerio de Finanzas y el Banco de Portugal (BdP).
La idea de ambas instituciones, no obstante, es que se venda el "Novo Banco" en un plazo máximo de dos años para recuperar el préstamo de los 4.400 millones, que proceden de la línea de crédito de la troika.
En caso de que no se llegue a esa cifra, los bancos e instituciones financieras lusas, como miembros que alimentan el Fondo de Resolución (actualmente con 182 millones), deberán sufragar la diferencia para que, de este modo, no recaiga en los contribuyentes.
En el "Banco Malo", que tiene los activos que se dan como irrecuperables, se quedarán todas las acciones del BES (que ya tienen un precio de 0 euros y están fuera de la Bolsa), la participación del BES en el BES Angola, el banco estadounidense Espirito Santo Bank y el banco libio Aman Bank.
También integrará este vehículo los derechos de crédito del BES sobre las "holdings" del Grupo Espírito Santo (GES), como el Espírito Santo International.
Hasta el momento, ya han sido cinco las sociedades financieras del conglomerado Espírito Santo que se han acogido a una "gestión controlada", figura jurídica similar al concurso de acreedores, cuatro en Luxemburgo y una en Portugal, donde tenían sus sedes.
Al banco donde se alojan los activos tóxicos corresponden también los depósitos del ex presidente del BES, Ricardo Salgado -en libertad bajo una millonaria fianza y sobre quien penden graves sospechas delictivas-, y a los antiguos administradores del banco.
Se incluye en esta medida a sus "cónyuges, parientes o afines en primer grado o de terceros", detalló el BdP.