Brasilia, 20 jun (.).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este jueves la decisión del Banco Central de mantener los tipos de interés en un 10,5 %, pues consideró que, con los tipos elevados, "el que pierde es el pueblo".
El mandatario aludió así a una decisión adoptada la víspera por el Banco Central, que interrumpió un ciclo de recortes de los tipos que había comenzado en agosto del año pasado, alegando un escenario global "incierto" y el riesgo de presiones inflacionarias.
Lula, quien exige desde el año pasado una más rápida caída de los intereses a fin de fomentar el crédito a la producción, declaró en una entrevista con Radio Verdinha que el Banco Central "decidió invertir en los especuladores".
El líder progresista volvió a criticar la autonomía que el Banco Central tiene desde 2020 tras una polémica reforma aprobada por las cámaras legislativas y dijo que esa iniciativa solamente ayudó "al mercado y a los banqueros".
Sostuvo que "la mayor parte del crédito en el país es dado por la banca pública, porque los bancos privados prefieren ganar dinero con los altos intereses" que mantiene el Banco Central.
El instituto emisor está presidido por Roberto Campos Neto, quien fue designado para el cargo por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y cuyo mandato concluirá a fines de este año.
Desde que asumió el Gobierno, en enero de 2023, Lula mantiene un duro pulso con Campos Neto y sus mayores críticas giran en torno a las elevadas tasas de interés, que según el mandatario solamente benefician a "los especuladores del mercado" financiero.
La decisión de poner fin al ciclo de reducción de las tasas de referencia fue tomada pese a que la inflación se mantiene bajo un cierto control en Brasil.
En mayo pasado, los precios en el país aumentaron un 0,46 %, lo que llevó la tasa interanual al 3,93 %, frente al 3,69 % de abril.
En los primeros cinco meses de 2024, la inflación acumuló un 2,27 %, y según el propio Banco Central, la tendencia indica que se mantendrá dentro de la meta establecida para este año, que fue fijada en un 3 %, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, que eleva el techo al 4,5 %.