Londres, 26 ago (.).- Más de 100.000 trabajadores de la empresa de correos británica Royal Mail (LON:RMG) secundaron este viernes una huelga para exigir subidas salariales acordes con la inflación, el último de los numerosos paros que ha sufrido este verano el Reino Unido ante el incremento del coste de la vida.
Este es el primero de los tres paros previstos por la plantilla de la antigua empresa estatal, privatizada en 2015, que volverán a suspender su actividad el 31 de agosto, así como el 8 y el 9 de septiembre.
Durante esas jornadas, el correo convencional no será repartido y algunas entregas de paquetes sufrirán retrasos, indicó Royal Mail, que aseguró que continuará repartiendo prescripciones médicas y cumpliendo con envíos especiales.
"Los trabajadores postales están siendo empujados hacia el precipicio", afirmó Dave Ward, secretario general del sindicato CWU, cuyos negociadores, después de tres meses de diálogo con la empresa, han rechazado una subida salarial de en torno al 5,5 %, al argumentar que la inflación superó el 10 % en julio.
VERANO DEL DESCONTENTO
La de Royal Mail es una de las numerosas huelgas que han convocado trabajadores de diversos sectores en el Reino Unido, ante una crisis del coste de la vida que ha retrotraído a los británicos al histórico "invierno del descontento", tres decenios atrás, cuando el país se paralizó por las protestas contra los límites a las subidas salariales impuestos por el primer ministro laborista James Callaghan.
La antigua firma estatal de comunicaciones BT (LON:BT), operadores ferroviarios y del metro de Londres, así como los estibadores del puerto de contenedores de Felixstowe, entre otros, han secundado paros este verano, mientras que los sindicatos que representan a profesores, enfermeros y policías, entre otros, han avanzado que estudian convocar acciones de protesta tras recibir aumentos de entre el 4 % y el 5 %.
"Los precios de todo se están disparando, la gente tiene que trabajar más y hacer horas extraordinarias", afirmó a la BBC Hannah Carrol, cartera de Royal Mail.
Pese al descontento generalizado, pocos anticipan que las protestan acaben llevando a una huelga general. El Reino Unido no ha vivido un paro general desde 1926. Solo la federación nacional de sindicatos TUC tiene poder para convocarla y hasta ahora ha enfriado esa posibilidad.
PRECIOS DE LA ENERGÍA DISPARADOS
El principal desencadenante de la crisis es la escalada de los precios de la energía.
El regulador del sector, Ofgem, anunció hoy que el precio máximo que las compañías de energía podrán cobrar a los hogares al año a partir del 1 de octubre ha sido fijado en 3.549 libras (4.202 euros) frente al actual de 1.971 libras (2.325 euros).
El alza energética del 80 % responde al aumento de los precios mayoristas del gas a nivel global al reactivarse las economías tras la pandemia y también por la guerra en Ucrania.
Se espera que el ascenso del precio de la energía dispare aún más la inflación interanual en el Reino Unido, que se sitúa en el 10,1 %, pero que podría llegar al 13 % o más a finales de año.
Para intentar frenar la inflación el Banco de Inglaterra aumentó recientemente los tipos de interés del 1,25 % al 1,75 %, aunque todo indica que los subirá aún más.
EL REGULADOR PIDE AL GOBIERNO UNA "RESPUESTA URGENTE"
El consejero delegado de Ofgem, Jonathan Brearley, urgió al próximo primer ministro -Liz Truss o Rishi Sunak, que sucederán a Boris Johnson a principios de septiembre- que adopte "una respuesta urgente ante el continuo aumento de los precios".
"Sabemos el enorme impacto que este aumento de precio máximo tendrá en los hogares del Reino Unido y las decisiones difíciles que los consumidores tendrán que tomar ahora. Hablo con los clientes regularmente y sé que las noticias de hoy serán muy preocupantes para muchos", agregó el directivo a los medios.
"El precio de la energía ha alcanzado niveles récord impulsados por un acto económico agresivo del Estado ruso. Ha cortado lenta y deliberadamente el suministro de gas a Europa causando daños a nuestros hogares, empresas y la economía en general. Ofgem no tiene más remedio que reflejar estos incrementos de costes en el precio máximo", subrayó el responsable de Ofgem.
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