Sao Paulo, 29 oct (.).- El mercado brasileño asimiló hoy el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones del domingo y espera prolongar en los próximos meses su "luna de miel" con el presidente electo a medida que defina los nombres de su futuro Gobierno y su plan económico.
La bolsa de Sao Paulo perdió hoy un 2,24 % y su índice Ibovespa, referencia del parqué, se situó en los 83.796 al cierre de una sesión marcada por la recogida de ganancias de días anteriores, mientras que el dólar ganó un 1,39 % frente al real y cerró vendido a 3,706 reales para la venta.
El ultraderechista, fuerte apuesta del mercado, ganó la segunda vuelta de los comicios con un 55 % de los votos, frente al 44 % que consiguió el progresista Fernando Haddad, heredero político del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores (PT (OTC:PTGCY)).
Las agencias de calificación Moody's y Fitch valoraron hoy positivamente la victoria del capitán en la reserva del Ejército al considerar que reducirá la volatilidad en los mercados y animará a los inversores, pero alertaron de que ello no garantiza la aprobación de las reformas estructurales que Brasil necesita.
Sin embargo, los inversores aparcaron este lunes esa euforia y recogieron beneficios tras las ganancias que registró el corro paulista en las dos últimas jornadas, cuando subió un 1,95 % y otro 1,23 %, en parte por la expectativa de una victoria electoral de Bolsonaro.
En plena resaca postelectoral, el indicador cerró con pérdidas a pesar de haber abierto con una subida de casi el 3 % y establecer una nueva máxima histórica intradiaria de 88.377 unidades básicas.
El mercado apostó durante la campaña por Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) que enarboló la bandera del liberalismo y "fichó" para su equipo económico a Paulo Guedes, economista ortodoxo de la denominada Escuela de Chicago y quien será su futuro ministro de Hacienda.
Desde el comienzo de la campaña, el pasado 16 de agosto, hasta este lunes, el parqué brasileño avanzó un 8,71 % y espera hacerlo más hasta final de año, según especialistas consultados por Efe.
"La expectativa aún es extremadamente positiva con la llegada de Bolsonaro (al poder) y en los próximos días debe continuar esa 'luna de miel' de optimismo" con el gobernante electo, dijo Rafael Passos, del equipo de análisis de Guide Investimentos.
De acuerdo con Passos, el Ibovespa podría alcanzar una cota cercana a los 95.000 puntos para finales de este año.
La bolsa de Sao Paulo volverá previsiblemente a subir a medida que se definan los nombres que conformarán el Ejecutivo y se detalle la agenda de reformas y privatizaciones que Bolsonaro prometió cumplir en su primer discurso como presidente electo.
Uno de sus más estrechos colaboradores, el diputado Onyx Lorenzoni, barajado como futuro ministro de la Presidencia, dijo hoy a periodistas que una prioridad del Gobierno que asumirá el ultraderechista el 1 de enero será la reforma del sistema de jubilaciones.
Esa reforma de las pensiones es vista como imprescindible e inaplazable por el mercado financiero para revertir el abultado y crónico déficit público de Brasil.
El déficit nominal de las cuentas públicas brasileñas -sumado el pago de intereses de la deuda- alcanzó los 488.800 millones de reales (unos 132.000 millones de dólares) en el último año hasta septiembre, lo que representa un 7,20 % del Producto Interno Bruto (PIB), según informó hoy el Banco Central.
Bolsonaro espera dar la vuelta a ese desfase con un programa liberal, basado en privatizaciones de empresas estatales, ajustes fiscales, reformas y una descentralización del Estado a fin de reducir su tamaño, empezando por un corte drástico del número de ministerios.
Por su parte, Roberto Indech, analista jefe de Rico Investimentos, cree que aún hay muchos aspectos del proyecto económico de Bolsonaro bajo un signo de interrogación.
"Precisamos la definición de algunos puntos especialmente de las reformas y la prioritaria es la de las pensiones. El mercado cobrará eso en el corto plazo", apuntó.
El mandatario electo intentará aplicar esa receta a una economía que continúa en cuidados en intensivos después de sufrir la peor recesión de su historia reciente entre 2015 y 2016, cuando el PIB brasileño cayó un 7 % en el acumulado.
El gigante suramericano sigue en la senda de la recuperación, que resultó ser más lenta y gradual de lo esperado.
En 2017 creció un 1,0 % y este año se espera que lo haga menos de un 1,50 %, mientras que la deuda bruta del sector público alcanza ya el equivalente al 77,2 % del Producto Interno Bruto (PIB), cuando en 2014 rondaba apenas el 50 %.
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