Bruselas, 7 nov (EFE).- La canciller de Alemania, Angela Merkel, defendió hoy la austeridad y la consolidación fiscal como receta para salir de la crisis a cambio de mostrar solidaridad con países vulnerables, al tiempo que rechazó un "divorcio" de la Unión Europea (UE) con el Reino Unido.
Merkel compareció ante el Parlamento Europeo para exponer su visión del futuro de la UE y especialmente de la eurozona antes de viajar a Londres para intentar convencer al primer ministro británico, David Cameron, de que no vete el presupuesto plurianual que los Veintisiete tratarán en la cumbre del 22 y 23 de noviembre.
"No puedo imaginar que el Reino Unido no sea parte de Europa", afirmó la canciller, quien consideró que también es bueno para ese país permanecer en la UE y aseguró que hará "todo lo posible" para mantenerlo entre los Veintisiete.
Merkel dijo que "quiere un Reino Unido fuerte en Europa" y que trasladará a los británicos que, si bien pueden ser felices como "isleños", también "corren el peligro de quedarse aislados".
Cameron es partidario de que el presupuesto comunitario quede congelado en términos reales, pero afronta el malestar de muchos diputados de su partido, el Conservador, y de otros de la oposición laborista, que prefieren una reducción ante la crisis económica.
Alemania, por su parte, favorece un presupuesto que apoye el crecimiento, la competitividad y el empleo en la UE y que los fondos se inviertan mejor en lo que sea esencial.
Merkel rechazó en su comparecencia la sugerencia del diputado británico euroscéptico Nigel Farage, que defendió un "divorcio amistoso" entre el Reino Unido y la UE.
En su intervención ante los eurodiputados, Merkel abogó porque "cada euro que se gaste tenga un valor añadido", al tiempo que subrayó que eso no significa que respalde estimular la economía sin ningún esfuerzo a cambio.
Merkel, que recibió duras críticas por parte de varios eurodiputados defendió así la austeridad y las reformas a cambio de solidaridad.
Pero Merkel insistió en que "los esfuerzos no son en vano y merecen la pena", al tiempo que aseguró que, a cambio de un proceso consecuente de reformas, habrá "solidaridad", por ejemplo mediante ayudas del fondo de rescate permanente.
También admitió que la situación del desempleo juvenil de hasta el 50 % "en algunos países miembros", no es solo "algo horrible" sino que "va en contra de la dignidad europea" y que hay que hacer todo lo posible para remediar ese problema.
Consideró que en medio de la crisis económica también hay alguna "buena noticia" como que las reformas "arrojan primeros éxitos" en Irlanda, Portugal y España, pero también en Grecia, donde los costes laborales se han reducido notablemente.
Dijo que también disminuye el déficit por cuenta corriente, lo que en su conjunto es "un importante factor para mejorar la competitividad".
La política alemana sostuvo que Europa debe encontrar soluciones nuevas y perseguirlas con exigencia y ambición, lo que incluye no temer un cambio de los Tratados de la UE si fuera necesario.
Merkel respaldó de nuevo un mayor control y coordinación de los presupuestos, de las políticas laborales o los impuestos, así como por un supervisor bancario único y bien definido para la eurozona y por una hoja de ruta en la cumbre de diciembre que permita aplicar en los próximos dos o tres años las decisiones. EFE
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