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Hannover (Alemania), 5 mar (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, coincidieron hoy en definir la presencia de Brasil como invitado especial en la CeBIT como un hito de una larga cooperación tecnológica y económica entre los dos países.
"Este es el momento de celebrar nuestra larga cooperación", dijo Rousseff en su discurso en Hannover dirigiéndose a Merkel.
"Tengo que dar las gracias por ella. Esa cooperación le dio la posibilidad a Brasil de dar un gran salto en su industria en la segunda mitad del siglo XX. Ahora, la participación en la CeBIT de 2012 es un hito en una nueva etapa de esa larga cooperación", agregó la presidenta.
Merkel, por su parte, subrayó que cuando se habla de las relaciones entre Brasil y Alemania se está hablando simbólicamente de un proceso en el que el mundo está cada vez más interconectado y resaltó la importancia que tienen los dos países en el grupo del G20.
Ahora, Brasil se presenta en la CeBIT como un mercado importante para el sector informático pero también como un socio de negocios y como productor de productos que compiten de igual a igual con los de los países industrializados en el mercado mundial.
Eso hace además de Brasil, como lo señalaron tanto Merkel como Rousseff, un lugar interesante para inversores internacionales.
"Brasil es un país de posibilidades, posibilidades para 190 millones de brasileños que cada vez tienen más acceso a los beneficios del progreso pero también para los inversores debido a la estabilidad macroeconómica y a las perspectivas de crecimiento", dijo Rousseff.
Merkel agregó a los dos factores mencionados por Rousseff el papel clave que desempeña Brasil en el proceso de integración latinoamericana.
La canciller alemana además recordó como la confianza era el tema central de la CeBIT de este año y subrayó que se trataba de un elemento también fundamental en las relaciones entre Alemania y Brasil.
Esa confianza, según dijo Merkel, implica también transparencia a la hora de hablar de las diferencias y anunció que ella y presidenta brasileña hablarían abiertamente de temas conflictivos, como las preocupaciones del gobierno de Brasilia por el "tsunami" económico que puede significar la crisis del euro o temas relacionados con el proteccionismo. EFE