Roma, 12 nov (EFE).- La Bolsa de Milán cerró hoy en rojo y su índice selectivo FTSE MIB se desplomó un 2,87 %, liderando las pérdidas del Viejo Continente y lastrada, una vez más, por su sensible sector bancario.
De este modo el selectivo se situó por debajo del umbral de los 19.000 puntos, en concreto en 18.702,24, mientras que el índice general, el FTSE Italia All-Share, perdió un 2,69 %, hasta 19.755,91.
Durante la sesión se cambiaron de manos 1.251 millones de acciones por un valor de 3.560 millones de euros.
De las 316 compañías presentes en el parqué milanés, 76 subieron, 228 bajaron y 12 cerraron sin variación.
En cuanto a la prima de riesgo, que mide el diferencial entre el bono alemán a diez años y el italiano en el mismo periodo, se situó en los 155 puntos, con un rendimiento decenal del bono del 2,37 %.
Jornada de contrastes para el índice lombardo, cuyo selectivo se tiñó de rojo y los pocos títulos que se salvaron de la quema, lo hicieron con contundencia.
Solo se salvaron cinco títulos de los cuarenta que componen el FTSE MIB y lo hicieron con marcados aumentos en el precio de sus acciones.
El coloso audiovisual Mediaset, propiedad del exprimer ministro Silvio Berlusconi, escaló un 6,06 % y la firma de moda Moncler lo hizo un 4,16 %.
También recogieron beneficios el gigante del motor Fiat Chrysler Automobiles, con un 2,02 %; la petrolera Saipem, con un 1,02 %, y Salvatore Ferragamo, que ganó un 0,62 %.
Las pérdidas, por contra, estuvieron protagonizadas, una vez más, por el desconcertante sector bancario italiano.
Tal es así que la caída más pronunciada fue la de Banca Popolare Milano, con una contracción del 7,01 %, seguida por el Monte Paschi di Siena (-6,92 %), el Popolare Emilia Romagna (-6,30 %) y Unicredit, que se desplomó un 5,64 %.
Otra de las grandes caídas fue la de la multinacional energética Enel, propietaria de la española Endesa, que estuvo excluida de cotización momentáneamente por exceso de caída.
Finalmente cedió un 5,75 % al cierre, un día después de que su Consejo de Administración aprobara los resultados de los nueve primeros meses, en los que su beneficio neto bajó el 16,2 %.
Según los analistas, uno de los datos de Enel que menos gustó a los inversores fue el referido a su deuda neta, de 44,578 millones.