Elena Moreno
Bruselas, 14 mar (EFE).- Varios miles de manifestantes se reunieron hoy en el barrio europeo de la capital belga para hacer llegar a los líderes de la Unión Europea (UE) su descontento y su frustración por el impacto que la austeridad tiene sobre la destrucción de empleo.
Bajo el lema "Unidos por un futuro mejor: no a la austeridad, sí al empleo para los jóvenes", la Confederación Europea de Sindicatos (CES) reunió a unos 10.000 manifestantes, estimados en 7.000 por la la Policía belga, que con un intenso perímetro de seguridad les impidió llegar ante la emblemática plaza Schuman cerca del Consejo Europeo.
"Hay un mensaje de urgencia, y es que la agravada recesión ha caído sobre las espaldas de los trabajadores", afirmó la secretaria general del CES, Bernadette Ségol, quien también señaló a los Veintisiete que "la austeridad es un fracaso. No ha logrado reducir los déficit y tiene un efecto social y económico devastador".
Ségol, que participó en la Cumbre Social Tripartita que habitualmente se celebra antes de cada cumbre de la UE junto a los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeos y de la patronal europea, subrayó que las políticas emprendidas no han hecho "sino aumentar la desigualdad y crecer la precariedad".
Los sindicatos europeos pidieron a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que empezaban a llegar a la sede del Consejo que comenzará a partir de las 16.40 GMT, una respuesta ante la urgencia social que vive Europa, en donde hay más de 26 millones de parados y unos 120 millones de ciudadanos que viven en situación de precariedad.
También señalaron que las políticas europeas se tendrían que centrar más en generar inversiones y crecimiento económico para crear más empleos, especialmente entre los jóvenes y con especial incidencia entre ese grupo de población en Grecia, España, Portugal o Italia.
Mientras los sindicatos europeos clamaban contra la austeridad, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, defendía en conferencia de prensa las políticas europeas para salir de la crisis, aunque "a veces la economía reaccione con retrasos".
Van Rompuy admitió también que "todavía queda mucho por reavivar las economías, sanear los sistemas bancarios, crear más trabajos y mejorar el bienestar social de la Unión" y que "a corto plazo no podemos cerrar los ojos ante la emergencia social que hay en algunos de nuestros países".
La presión ciudadana se hizo sentir en el Consejo Europeo, y así el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, dijo a su llegada que él "no excluiría el riesgo de ver una revuelta social", e insistió en que hay equilibrar austeridad y crecimiento y también explicar mejor las políticas a los ciudadanos.EFE
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