Roma, 1 ago (.).- El banco italiano Monte (MPS) informó hoy de que en el primer semestre ganó 93,1 millones de euros, un 67,7 % menos que los 288,5 millones que obtuvo de beneficio neto en el mismo periodo de 2018.
El banco explicó en un comunicado que su resultado operativo bruto fue de 402,8 millones de euros, un 27,4 % menos que los 554,7 millones de 2018, y el resultado operativo neto fue de 151 millones de euros, un 51 % menos que los 308 millones del primer semestre de 2018.
El banco ingresó de enero a junio de este año 1.549,2 millones de euros, un 9,3 % menos que los 1.709 millones del mismo periodo del año pasado.
Los márgenes de interés fueron de 813,2 millones de euros en el primer semestre del año, un 6,5 % menos que los 870 millones del mismo periodo del pasado año, y las comisiones netas descendieron un 10,7 %, hasta los 722,5 millones de euros de los 809,5 millones del primer semestre de 2018.
El banco italiano, que fue recapitalizado cautelarmente en 2017, también publicó sus resultados correspondientes al segundo trimestre del año, donde el beneficio neto fue de 65,2 millones de euros, un 35 % menos que los 100,9 millones del segundo trimestre de 2018.
El resultado operativo bruto del segundo trimestre se situó en los 169,4 millones de euros, un 32 % inferior a los 250,7 millones del ejercicio anterior, y el neto en los 81,9 millones de euros, un 42 % menos que los 141,9 del segundo trimestre del pasado año.
De forma paralela, el banco ha vendido en los últimos días créditos deteriorados al fondo de inversión Cerberus Capital Management y a la financiera Illimity Bank por valor de 1.150 millones de euros, dentro del plan de reestructuración y saneamiento de sus cuentas que está llevando a cabo desde hace dos años.
La entidad estimó en el comunicado que este año la ratio de exposición bruta a créditos de mala calificación (NPE, sus siglas en inglés) será del 12,7 %, con lo que se logrará de forma anticipada los objetivos incluidos en el plan estratégico hasta 2021.
El banco se benefició en 2017 de un plan de ayudas estatales que fue aprobado por Bruselas conocido como recapitalización cautelar, una excepción de la normativa europea sobre resolución bancaria que establece un reparto de la carga de las pérdidas de las entidades entre inversores privados.