Buenos Aires, 3 abr (EFE).- El Gobierno de la capital argentina dijo hoy que sólo aceptará una reunión entre el alcalde, Mauricio Macri, y la presidenta del país, Cristina Fernández, para destrabar el conflicto por el traspaso a la órbita de la ciudad de los servicios de metro y ómnibus urbanos, aprobado por el Parlamento.
"Necesitamos que este asunto, que no es técnico sino político, sea resuelto por quienes han sido elegidos por la gente: la presidenta y el alcalde de la ciudad", señaló la vicejefa del Gobierno capitalino, María Eugenia Vidal.
En declaraciones a Radio 10 de Buenos Aires, la funcionaria salió al paso del secretario argentino de Transportes, Alejandro Ramos, quien antes había instado a la Alcaldía a "cumplir con la ley" aprobada por el Congreso.
Ramos aseguró que Macri "rehuye su responsabilidad" al negarse a administrar esos servicios públicos, aunque le pidió que se siente a negociar "un acuerdo para facilitar el cumplimiento de la ley".
Vidal, por su parte, sostuvo que la Alcaldía "no observa en qué puede ayudar retomar el diálogo a nivel de secretarios o ministros", al insistir en que deben ser Fernández y Macri quienes negocien un acuerdo en ese sentido.
"El Gobierno nacional no convoca a la Alcaldía a destrabar el conflicto, sino que la convoca a cumplir una ley inconstitucional porque la Constitución establece que el traspaso se debe realizar con recursos", subrayó Vidal.
Ambas administraciones están enfrascadas desde hace semanas en este pulso por la administración de las siete líneas de metro y las 33 de ómnibus urbanos, que diariamente movilizan a millones de usuarios por la ciudad.
La semana pasada, el conservador Macri rechazó por segunda vez el traspaso en las condiciones que impone el Gobierno nacional y consideró que el Parlamento, que aprobó el trámite el miércoles último, funciona "como una escribanía" del Ejecutivo central.
El alcalde acusa al Gobierno de la peronista Fernández de querer traspasar al ámbito de la ciudad ambos servicios sin las inversiones y recursos necesarios, mientras que la administración central niega tales incumplimientos y dice que Macri intenta evadir su responsabilidad.
Tanto el metro como los ómnibus reciben millonarios subsidios por parte del Estado nacional, que ha puesto en marcha una política para recortar estos gastos y pretende que el Gobierno porteño asuma parte de esos desembolsos. EFE