Lisboa, 10 nov (.).- El Novo Banco, la tercera entidad financiera más importante de Portugal a nivel de activos, perdió 359 millones de euros entre enero y septiembre, un 14,3 % menos que los números rojos que obtuvo en el mismo periodo del año pasado.
Así lo informó hoy la entidad en un comunicado, en el que destacó que, a pesar de las pérdidas acumuladas en lo que va de año, el resultado del tercer trimestre fue positivo, de 3,7 millones.
Se trata de la primera vez que el Novo Banco obtiene beneficios en un trimestre desde que la entidad fue creada en agosto de 2014, cuando aglutinó los activos saludables del colapsado Banco Espírito Santo (BES).
Los 359 millones de pérdidas registrados entre enero y septiembre de este año se justifican principalmente por el elevado nivel de provisiones, explicó la entidad.
En concreto, el Novo Banco dedicó 762,6 millones a provisiones, más del doble que entre enero y septiembre de un año antes.
El producto bancario -equivalente a los ingresos de la entidad- alcanzó al cierre de septiembre los 667,7 millones de euros, un 7,5 % más, mientras que los costes operativos se redujeron un 24,3 % y se situaron en 450 millones.
Pese a ello, el resultado antes de impuestos fue negativo en 545 millones, unas pérdidas superiores a las del mismo periodo de 2015, cuando ascendieron a 438 millones.
La entidad cerró septiembre con 25.141 millones de euros en depósitos, unos 3.000 menos que en la misma fecha de 2015, y el crédito en riesgo ya supone el 24,8 % del crédito total concedido.
En términos de solvencia, el Novo Banco presenta un ratio Common Equity Tier I del 12,3 %, 1,2 puntos porcentuales por debajo del que anunciaba en diciembre del año pasado.
El banco está bajo un plan de reestructuración con el que espera reducir sus costes operativos en 150 millones mediante la salida de un millar de empleados (de los alrededor de 7.300 que tenía la empresa) y una reducción de su red de oficinas a 550 sucursales hasta finales de año.
El Novo Banco se encuentra actualmente a la venta y el supervisor bancario luso está analizando las cinco ofertas presentadas por la entidad, entre las que figuran el Banco Portugués de Inversión (BPI (LS:BBPI), participado por el Caixabank (MC:CABK)) y el Banco Comercial Portugués (LS:BCP) (BCP, participado por el Sabadell (MC:SABE)).
El plazo límite marcado por Bruselas para que el Estado se desprenda de la entidad expira en agosto de 2017.
En el momento de su nacimiento, la entidad fue recapitalizada con un crédito público de 3.900 millones y otros 1.000 millones procedentes del resto de bancos lusos, por lo que en el país preocupan las pérdidas que podría generar una venta por debajo de ese montante.