París, 10 jul (EFE).- España es un país en el que globalmente hay pocas trabas a la competencia si se compara con la media en la OCDE, pero hay algunas excepciones, en particular en el sector de la distribución y en la venta minorista de medicamentos, en los que los obstáculos reglamentarios son bastante altos.
En una actualización de los indicadores de la regulación del mercado publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sitúa a España en decimoquinta posición de los 38 países miembros y otras 9 economías de fuera del grupo.
Los autores del estudio destacan que el marco regulador español es "bastante favorable a la competencia" en muchos de los ámbitos examinados y que la mayoría de las actividades profesionales están organizadas de forma menos estricta que la media en la organización, con la notable excepción de los notarios.
La situación, sin embargo, es muy deficiente tanto en la distribución y en la venta de medicinas al por menor, en las que España queda relegada a la trigesimosexta posición de 43 países considerados.
Por lo que se refiere a las barreras normativas, las peores calificaciones para España se dan en los negocios profesionales y en la venta minorista.
En esos dos sectores, el principal punto negro son las barreras a la competencia, ya que España ocupa la trigesimonovena posición de 43 en ese punto. Las barreras a la entrada en esos negocios también son significativas, como lo ilustra la vigésimo quinta posición.
La OCDE estima que habría de modificar la gestión de las empresas públicas para alinearla con las mejores prácticas en la organización y garantizar una igualdad de condiciones con las empresas privadas.
España tiene uno de los mejores resultados en lo que se refiere a la regulación de los mercados digitales, ya que se sitúa en tercera posición, sólo por detrás de Alemania y Dinamarca.
En términos globales, los países más favorables a la competencia son Lituania, Suecia, Irlanda y el Reino Unido; mientras que en el otro extremo los que más trabas ponen son, por este orden, Sudáfrica, Turquía, China, Brasil e India.
La OCDE elabora desde 1998 estos indicadores para comparar las regulaciones del mercado de productos, que analizan las barreras para la entrada y la expansión de las empresas, así como la implicación del Estado en la economía.
Su objetivo es identificar las áreas de reforma partiendo de la constatación de que los países con menos obstáculos a la competencia tienden a ser los más productivos y de que quitar esas barreras han sido un factor de mejora de esa productividad entre mediados de los años 1990 y comienzos de los 2000.
Desde entonces, los autores del estudio señalan que la cadencia de las reformas se ha ralentizado y muchos obstáculos a la competencia persisten.