Madrid, 7 mar (.).- El juzgado de Primera Instancia número 46 de Madrid celebra este miércoles el juicio por la demanda del banquero italiano Andrea Orcel contra el Banco Santander (MC:SAN), entidad de la que estuvo a punto de convertirse en "número dos" y a la que solicita 112 millones de euros por su fichaje frustrado.
En el transcurso de la vista, que comenzará a las 10:00 y tendrá lugar en una única sesión, está previsto que comparezca la presidenta del Santander, Ana Botín, a la que el italiano habría grabado en conversaciones privadas sin su consentimiento, tal como le afeó públicamente el propio banco.
La disputa de Orcel y el Santander comenzó en verano de 2019 cuando el banquero demandó al banco por dar marcha atrás a comienzos de ese año a su contratación como consejero delegado, lo que le llevó a abandonar su puesto de alta dirección en el banco suizo UBS (SIX:UBSG).
A pesar de que la entidad trató de llegar a un acuerdo con él tras renunciar a su fichaje, la situación entre ambos se distanció, dando comienzo al periplo judicial.
Orcel acusa al Santander de incumplir un contrato que el banco, sin embargo, no reconoce al estar condicionado a varios requisitos que, posteriormente, no se cumplieron; además, asegura que el banquero grabó sin consentimiento conversaciones privadas.
El Santander frustró la contratación tras constatar que tendría que asumir los compromisos de pago del salario diferido de Orcel de siete años, un precio "inaceptable" -en palabras de Botín- que no había sido posible anticipar cuando se anunció el fichaje.
El banquero italiano sostiene, en cambio, que el Santander no cumplió con el preacuerdo en el que se le ofrecía una prima de fichaje de 17 millones y un sueldo similar al del actual consejero delegado, unos 10 millones al año.
Con el fin de compensar el "bonus" pendiente en su anterior puesto como ejecutivo del UBS, el Santander estaba dispuesto a entregarle acciones de la propia entidad por un máximo de 35 millones, aunque la idea era que se redujera en la negociación con el banco suizo.
Pero el banquero, señalaba el Santander en su escrito de alegaciones, nunca tuvo intención de que UBS asumiera parte de sus incentivos.
Así, sostenía la entidad española, aunque el italiano les pidió ayuda para redactar una carta instando a UBS a asumir la mitad de la retribución diferida, no consta que ésta se enviara.
De igual modo, el banco presidido por Botín ha venido defendido que Orcel aumentó sus pretensiones y expresó la necesidad de compensar una nueva y supuesta pérdida retributiva por su salida de UBS en concepto de la no percepción de dividendos e intereses, que estimaba en unos 3 millones de euros.
A LAS PUERTAS DE UNICREDIT
El juicio tendrá lugar apenas un mes antes de que los accionistas de Unicredit (MI:CRDI), el mayor banco de Italia por volumen de activos, voten el nombramiento definitivo de Orcel como consejero delegado, tras ser propuesto por su consejo de administración el pasado enero.
De dar el visto bueno, el italiano sucederá en el cargo a Jean Pierre Mustier, que a finales de año anunció su marcha de Unicredit en abril, al final de su actual mandato, por discrepancias con el consejo.