La Haya, 12 ene (.).- Un total de 1.536 empresas neerlandesas se declararon en quiebra en 2021, la cifra más baja en 31 años y un 43 % menos que en 2020, contabilizó este miércoles la Oficina Central de Estadísticas (CBS), un dato que se explica en los paquetes de ayuda financiera del gobierno durante la pandemia.
A pesar de los frecuentes cierres de negocios no esenciales a lo largo del año pasado por la aplicación de restricciones, que dejaban en ocasiones la posibilidad solo de entregas a domicilio, la cifra de empresas que quebraron en 2021 fue de 1.539, frente a las 2.703 compañías que cerraron en 2020, durante el primer año de la pandemia.
El dato más bajo jamás registrado por el sistema de la CBS corresponde a 1990, cuando se declararon en quiebra 1.527 empresas, por lo que la cifra de 2021 es la segunda más baja desde que empezó en 1981 el actual recuento oficial de compañías que cierran por bancarrota. El dato más alto corresponde a 2013, con 8.376 empresas quebradas.
Estos datos excluyen a las empresas unipersonales.
Las organizaciones de empleados han estado alertando sobre una inminente ola de quiebra de empresas desde marzo de 2020, pero, de momento, no se ha materializado, principalmente gracias al apoyo del gobierno, señala la CBS.
Entre los paquetes de ayudas por la pandemia, el gobierno neerlandés ha otorgado un total de más de 18.000 millones de euros en aplazamiento de pago de impuestos, lo que permite a las empresas transferir ese dinero a la Agencia Tributaria en los próximos años, cuando se pueda recuperar la normalidad.
Además, las compañías recibieron en 2021 ayudas financieras para el pago de salarios y costes fijos: sólo en noviembre y diciembre, un total de 22.500 empresas recurrieron al esquema para pagar los sueldos de sus empleados.
La mayoría de las bancarrotas se produjeron en los comercios no esenciales, la construcción y los servicios financieros, mientras que el sector de la restauración, muy afectado por las restricciones, ha registrado un dato notablemente bajo, con 97 quiebras en todo el año, aunque a principios de la pandemia, este sector centraba los peores datos.
Por otro lado, la CBS también confirmó que la inflación fue de un 2,7 % en 2021 con respecto a 2020, un dato al que han contribuido principalmente los altos precios de la energía (la electricidad fue un 22,2 % más cara en un año; el gas fue un 16,7 % más alto) y el combustible (la gasolina subió un 16,2 % en 2020; lo que asciende al 18,5 % en el caso del diésel).
Los productos alimenticios fueron un 0,2 % más baratos que un año antes, pero en 2020 los precios ya fueron un 2 % más caros que el periodo anterior.
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