Madrid, 17 jul (.).- El presidente de Calidad Pascual, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, espera que el grupo alimentario alcance o supere los mil millones de euros de facturación en dos años, de aquí a 2026, lo que supone un adelanto de los planes previstos por la empresa para llegar a ese objetivo.
Tomás Pascual ha expuesto el recorrido y los planes de esta empresa familiar en un desayuno de trabajo organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), en el que ha mencionado el crecimiento del grupo, en un contexto marcado por la inflación.
El grupo alimentario superó los 910 millones de euros de facturación en 2023, según ha indicado su presidente, si bien las cifras de los resultados del ejercicio se confirmarán en los próximos días, lo que puede suponer un crecimiento aproximado del diez por ciento respecto a 2022.
El presidente de Pascual ha reconocido que la inflación ha influido en los resultados, aunque "ya empieza a estar más controlada", pero ha subrayado que el grupo va "por delante" del plan en el que la firma se marcaba como objetivo rebasar los mil millones en ventas.
En ese sentido, ha confiado en que esa facturación se consiga de aquí a dos años, "en 2026...si no en 2025": "Trabajaremos para que ocurra".
Los desafíos principales serán captar al consumidor, que ahorra y que ha perdido poder adquisitivo, así como superar la competencia de la "marca blanca" o "marca de distribuidor" mediante la innovación.
Pascual, empresa familiar referente en el sector de la alimentación y las bebidas, nació en 1969 en Aranda de Duero (Burgos), está implantada en toda España y exporta o tiene presencia en 64 países.
Cuenta con una gama de 200 productos, 7 plantas, 27 delegaciones comerciales y más de 2.300 empleados, que comercializan marcas como Pascual, agua natural mineral Bezoya, bebidas vegetales Vivesoy, Bifrutas, zumos Essential, café Mocay y café Jurado; a través de Pascual Profesional ofrece un servicio para la restauración.
Propuestas para ganar al consumidor
Tomás Pascual ha insistido en el reto de ganar a los consumidores, que en una coyuntura de inflación se han vuelto "más prudentes en lo que pueden ahorrar" para mantener su nivel y sus deseos de vida y que "gastan menos en lo que pueden para gastar más en lo que quieren".
Ha reconocido la dificultad de competir por precio, con lo que Pascual apuesta por competir en "sostenibilidad" y en innovación, por ejemplo con una gama de productos que se renueva, "dejando la leche clásica" y apostando por "desagregarla" y por la proteína.
También prevé presentar una nueva subcategoría de lácteos a final de año.
"Cada seis meses sacamos una innovación (en lácteos)", ha subrayado, además de añadir que hoy en día las empresas quieren que esas innovaciones pasen no solo por las funcionalidades, sino también por ofrecer un alimento sea "apetecible y parte del momento vital o la forma de ser" de los consumidores.
En relación al panorama geopolítico internacional, Pascual ha explicado que está afectando a la logística y al transporte, por ejemplo en los traslados a Filipinas, cambiando de ruta por el Cabo de Buena Esperanza, pero no está repercutiendo en el consumo de los productos del grupo.
Otros desafíos para Pascual, ha añadido, son la preocupación por el cambio climático, la salud y el bienestar animal.