Lisboa, 4 jul (EFE).- El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, y el dimisionario titular de Exteriores, Paulo Portas, líder del partido que le da mayoría parlamentaria, negocian cara a cara desde anoche el fin de la crisis de Gobierno en Portugal.
Después de tres rondas de conversaciones en menos de 24 horas entre los dos políticos, ninguno de sus respectivos partidos, de línea conservadora, informaron aún de un acuerdo de gobernación, pese a la voluntad expresada por ambos de alcanzarlo.
Tras las conversaciones con Portas, el primer ministro acudió al palacio de Belem para reunirse con el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, que le convocó ayer a raíz de la crisis de Gobierno.
El ministro de Presidencia luso, Luís Marques Guedes, informó de la celebración de los contactos al máximo nivel entre los líderes del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y el Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano), pero rehusó facilitar detalles sobre su contenido.
Marques Guedes confirmó que Portas, presidente del CDS-PP, no estuvo presente en la habitual reunión del consejo de ministros de hoy.
La crisis de Gobierno que atraviesa Portugal se produce en "un momento difícil" para el país, reconoció, debido a que todavía se encuentra bajo la asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional, que en mayo de 2011 le concedieron un rescate de 78.000 millones de euros.
La crisis política abierta en Portugal se desencadenó el martes con la dimisión de Portas, que justificó su decisión por no estar de acuerdo con el jefe del Ejecutivo en el nombramiento de la nueva ministra de Finanzas, Maria Luís Albuquerque.
La que fuera secretaria de Estado del Tesoro tomó posesión apenas una hora después de que se hiciera pública la salida de Portas, que pese a ser "irrevocable" fue rechazada por el primer ministro luso en un discurso al país en el que exhortó a recuperar el consenso en el seno de la alianza de Gobierno.
La incertidumbre sobre la coalición de Gobierno se mantiene desde entonces y ha afectado de forma negativa a los mercados financieros, donde ha vuelto a recrudecer la presión sobre la deuda lusa. EFE