Por Pete Sweeney
HONG KONG, 30 mar (Reuters Breakingviews) - Los bancos de inversión estadounidenses finalmente han conseguido lo que querían. Después de tortuosas travesías, Goldman Sachs (NYSE:GS) y Morgan Stanley (NYSE:MS) se han sumado a JPMorgan (NYSE:JPM) al recibir autorización para tomar el control mayoritario de empresas chinas. Es una concesión parcial en un contexto de precariedad, y llega en un momento en que los rivales chinos se han hecho más fuertes. Sin embargo, son buenas noticias.
China se comprometió verbalmente a permitir que los bancos extranjeros controlen sus sociedades hace años, pero los avances han sido ínfimos. Pekín avanzó con pies de plomo, en parte porque consideraba que el acceso al mercado era un elemento de trueque, por lo que se convirtió en un elemento perenne en las negociaciones comerciales. Desafortunadamente, para cuando los altos cargos se dispusieron a llevar a cabo la liberalización, se había evaporado gran parte del entusiasmo extranjero.
La República Popular de China ha incubado con éxito gigantes nacionales como China International Capital Corp (CICC), valorado en 7.000 millones de dólares, y CITIC de propiedad estatal, que se encuentran habitualmente en lo más alto de las clasificaciones nacionales en el sector. La participación de los bancos comerciales extranjeros en el mercado nacional sigue siendo inferior al 10%, y los persistentes controles de capital han dificultado que las instituciones extranjeras aprovechen su experiencia internacional para conseguir clientes de las casas de valores y gestores de patrimonio chinos. Una teoría es que China quiere que la competencia de Wall Street permita que sus entidades nacionales mantengan la agilidad, además de canalizar fondos extranjeros hacia los activos nacionales, pero nunca dejará que los extranjeros, especialmente los estadounidenses, logren una cuota de mercado significativa.
Sin embargo, Goldman y Morgan Stanley, que están en China desde 1994, son diferentes. Ya lo han hecho bastante bien ayudando a las corporaciones chinas a aprovechar los mercados de acciones y bonos en el extranjero, y han facilitado grandes fusiones y adquisiciones en el extranjero. Las tablas de Eikon muestran que los dos estaban en los peldaños inferiores de los diez principales asesores de fusiones y adquisiciones en China en el último año completo, y estaban en el tercer y cuarto lugar en cuanto a ofertas de acciones, justo detrás de CITIC y CICC. Y aunque la concesión es parcial, libera a los dos bancos de inversión para impulsar mejoras internas. Goldman, por ejemplo, puede racionalizar su inusual estructura, migrando las operaciones de gestión de patrimonio y de intermediación, actualmente aparcadas en otra empresa, a la empresa conjunta donde ya ostentaba el control de la gestión.
También libera a los bancos para que compitan con más eficacia por nuevas líneas de negocio en la intermediación de valores y la gestión de patrimonios. Si bien es cierto que las entidades chinas son grandes y están bien conectadas en el país, muchas también son torpes y provincianas, como ha demostrado la desastrosa adquisición de CLSA por parte de CITIC. El dinero extranjero podría desempeñar un papel importante en la reactivación de la golpeada economía de China, lo cual juega a favor de las fortalezas de Goldman y Morgan Stanley. Aún hay margen para que la paciencia dé frutos.
En Twitter https://twitter.com/petesweeneypro
(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones vertidas en esta columna son responsabilidad exclusiva de su autor)
(Traducido por Tomás Cobos)