Lisboa, 23 abr (EFE).- El Tesoro de Portugal subastó el máximo montante previsto en su emisión de hoy, 750 millones en obligaciones a diez años, a cambio de un interés del 3,57 %, el menor desde 2005.
Esta subasta, que registró una demanda 3,47 veces superior a la oferta, fue celebrada sin el respaldo de un sindicato bancario, modalidad a la que no se había recurrido desde marzo de 2011, dos meses antes del rescate al país y cuando se desembolsó un rendimiento del 5,99 %.
Coincidiendo con el décimo segundo y último examen a las cuentas portuguesas realizado por la troika acreedora, las autoridades lusas optaron por vender deuda a largo plazo sin el trabajo de promoción que realiza un sindicato bancario.
Así, el éxito de la subasta dependió de la demanda directa de los inversores, que en el mercado secundario habían pedido en las últimas jornadas intereses menores al 4 % por los títulos a diez años, considerados reflejo de la robustez de las finanzas de un país.
El Estado portugués ya había celebrado cuatro emisiones de deuda a largo plazo en la "era" de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europa y Fondo Monetario Internacional), aunque ayudado por sindicatos bancarios.
"Es la primera subasta (sin ayuda de los bancos) y, por lo visto, ha resultado bien, lo que nos da bastante confianza en el futuro", dijo hoy el primer ministro, Pedro Passos Coelho.
"Los que adquieren deuda portuguesa a largo plazo están convencidos de que la deuda pública es sostenible, de que la inversión es segura", defendió el jefe del Ejecutivo en una conferencia.
El país debate actualmente si regresará de forma autónoma a los mercados o con "una red de seguridad" proporcionada por los organismos internacionales cuando termine, el próximo 17 de mayo, el programa de asistencia de la troika.
La decisión, sin embargo, todavía no ha sido adoptada por el Gobierno, que tal y como ha anunciado hoy Pasos Coelho, aguardará al 5 de mayo para pronunciarse.
Fuentes del mercado atribuyeron los resultados positivos de la subasta a la mejora en la percepción de los mercados periféricos y a la confianza que organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), tienen respecto al cumplimiento de las metas del déficit.
Portugal cerró 2013 con un déficit del 4,9 %, mejor que el 5,5 % fijado como tope, mientras en 2014 tiene el límite en el 4 % del PIB y en 2015, en el 2,5 %.
Las metas de 2013 y 2014 fueron, no obstante, relajadas por la troika en marzo del año pasado.
La política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y las perspectivas económicas también han contribuido a bajar el interés de la deuda portuguesa, de acuerdo con analistas.
Según las últimas previsiones del FMI y la UE, Portugal crecerá este año un 1,2 % después de tres años en recesión y la tasa de desempleo se situará en el 14,8 %.
Desde que el Gobierno conservador firmó hace casi tres años un préstamo por valor de 78.000 millones con la troika, Lisboa ha aplicado recortes en los salarios de los funcionarios y reducciones en las pensiones y en los gastos en Educación y Sanidad, y se han subido impuestos con la meta de sanear las cuentas.
En su último examen, los técnicos de los tres organismos internacionales están comprobando datos sobre los progresos de las medidas ejecutadas.
Tienen previsto negociar además la reforma del sistema de pensiones, nuevas revisiones de la legislación laboral, las excesivas subvenciones al sector eléctrico y un plan de rescisión de los funcionarios menos cualificados.