Lisboa, 16 sep (EFE).- El Gobierno luso admitió su interés en negociar una nueva línea de crédito con la troika que facilite su salida de la crisis una vez deje de recibir fondos del rescate, en junio de 2014, a imagen y semejanza de lo que propone Irlanda.
Así lo explicó hoy el viceprimer ministro portugués, Paulo Portas, quien precisó que este plan -al que llamó "programa cautelar"- no tiene nada que ver con un segundo rescate y equivaldría más bien a una línea de crédito encaminada a facilitar la colocación de deuda en el mercado.
"Un programa cautelar es lo que Irlanda va a comenzar a negociar, mientras que un segundo rescate es lo que tuvo Grecia, no hay comparación posible", subrayó.
El viceprimer ministro, que se estrena como interlocutor con la troika, aseguró que a su país le interesa "estar en condiciones de financiarse de forma autónoma y de poder acceder" a una línea de crédito pactada con los organismos internacionales que le concedieron un préstamo de 78.000 millones de euros en 2011.
Portas realizó estas declaraciones tras reunirse con empresarios y sindicatos en la mesa de concertación social, coincidiendo con el inicio de una nueva visita de los técnicos de la Comisión Europea, (CE) el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Lisboa para analizar el cumplimiento del programa de ajustes acordado a cambio de su ayuda financiera.
El viceprimer ministro luso recordó que si Portugal supera esta octava y novena evaluación de la troika -que se celebran de forma conjunta por el aplazamiento de la última cita-, el país estaría a sólo nueve meses de dejar de encontrarse bajo la asistencia internacional.
"Eso no significa el fin de nuestras obligaciones, pero supone con toda seguridad que se termina el tiempo del protectorado, que recuperaremos una parte de nuestra autonomía y de nuestra libertad como nación", defendió.
Portas, considerado el "número dos" del Ejecutivo conservador luso, aseguró que durante las conversaciones que mantendrá con la UE y el FMI durante su visita a Lisboa tratará también la flexibilización de los objetivos de déficit para 2014, establecidos actualmente en el 4 % del PIB.
"Las diferencias entre el Ejecutivo y la troika sobre los límites del déficit no son de ahora, sino que se remontan al mes de abril. Deseo que las negociaciones vayan de la mejor forma posible para los intereses del país", aseveró.
Recordó, asimismo, que Portugal ha cumplido a rajatabla los compromisos adquiridos a cambio del rescate pero reconoció que el país "todavía depende de sus acreedores" para que el Estado sea capaz de asumir todas sus funciones frente a los ciudadanos. EFE