Madrid, 16 abr (EFE).- La necesidad de algunas entidades financieras italianas, alemanas, españolas o griegas de fortalecer sus balances y obtener liquidez, propiciará nuevos procesos de consolidación en el sector, además de que impulsará un nivel significativo de operaciones de desinversión.
Así se pone de manifiesto en el informe "Un nuevo mercado de transacciones para los bancos" elaborado por la consultora PwC, en el que se estima que la reestructuración financiera seguirá siendo el principal motor de las transacciones bancarias en Europa los próximos años.
Incluso, añade, Europa puede ser un mercado especialmente atractivo para los bancos chinos, ya que la región de Asia-Pacífico seguirá siendo la más activa en este tipo de operaciones.
El informe también espera que en el caso de Estados Unidos, se produzca un proceso de consolidación entre las entidades medianas y pequeñas tras los recientes cambios regulatorios, mientras que en Latinoamérica, prevé que Brasil seguirá siendo el mercado más importante de la región y con mayor número de operaciones.
En su informe, PwC explica que el cambio de estrategia de las entidades como consecuencia de la crisis, la bancarización de los países emergentes, el aumento de la regulación y el nuevo entorno económico, serán los cuatro grandes factores que conformaran el futuro del mercado de transacciones en la banca tanto en España como en el resto del mundo.
En este sentido, manifiesta que ahora las entidades buscan fortalecer sus balances, simplificar sus modelo de negocio y compensar la caída de la rentabilidad, unos factores que influyen sustancialmente en el número de transacciones, que se han reducido drásticamente en los tres últimos años a nivel mundial, como en la complejidad de las mismas.
En cuanto a la bancarización de las potencias emergentes y la creación de una gran clase media de consumidores en estas regiones, el informe estima que alrededor del año 2015, el crédito doméstico de los siete países emergentes superará al de los del G-7.
Además, los beneficios agregados de los bancos de los países emergentes superarán al grupo de las siete naciones más desarrolladas del planeta antes de 2050.
Al respecto, también manifiesta que si hay un aspecto que está impactando en los bancos, en todos sus ámbitos de actuación, son las profundas reformas normativas que están aplicando los gobiernos y los organismos reguladores.
A esta situación, dice el informe, se añade el papel cada vez más relevante de los estados y los bancos centrales.
El último factor que apunta el informe es la transformación que se está produciendo en el escenario económico mundial en favor de las potencias emergentes, que contribuirá a que los bancos de estos países se conviertan en los principales compradores.
Incluso, prevé el informe, en los próximos 40 años, el PIB de los siete países emergentes crecerá el 4,7 % de media anual, y el de las potencias del G7, el 2,1 %. EFE