París, 19 nov (EFE).- La OCDE ha corregido sus perspectivas sobre
la economía brasileña y, a diferencia de la recesión del -0,8% para
este año que anticipaba en junio, ahora cree que al final todo
quedará en un estancamiento, antes de una fuerte recuperación del
4,8% en 2010 y del 4,5% en 2011.
La razón de esta corrección al alza en su informe de perspectivas
publicado hoy es que la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) ha constatado un incremento "robusto"
del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre (+1,9%),
tras la caída de los dos precedentes.
Detrás de esa inflexión está la resistencia del consumo privado y
la recuperación de la producción industrial, factores que se van a
ver reforzados en los últimos tres meses de 2009 y en 2010
alimentados por una inversión lista para reactivarse y por unas
capacidades de producción que se acercan a los niveles previos a la
crisis.
En este contexto, el desempleo ha seguido disminuyendo, aunque a
un ritmo menor, debido a menores incorporaciones en la población
activa y a la creación de empleos en los servicios, que han
compensado con creces las pérdidas que se habían producido en el
sector industrial.
Los autores del informe consideran "benignas" las perspectivas
sobre la inflación, que debería permanecer un poco por debajo del
objetivo del 4,5% que se había fijado el banco central de Brasil
para este año y el próximo.
En concreto, auguran un alza interanual de precios del 4,2% este
año, del 4,4% en 2010 y del 4,5% en 2011.
La recuperación económica debe permitir a partir de mediados del
año próximo invertir la política monetaria (entre septiembre de 2008
y julio de 2009 los tipos de interés bajaron en 500 puntos básicos)
para controlar esas presiones inflacionistas.
La OCDE constata que con la crisis la política fiscal se ha
relajado y el superávit presupuestario, en términos interanuales,
había disminuido al 1,7% del PIB en septiembre, bien por debajo del
objetivo que se había fijado en el 2,5%, y el año podría terminarse
en torno al 1,6%.
En su capítulo dedicado a las grandes economías emergentes, el
conocido como el "Club de los países desarrollados" considera que
para Brasil sería juicioso planificar la retirada desde comienzos
del año próximo de los estímulos puestos en marcha para luchar
contra la crisis, si se confirma la recuperación como se espera.
También subraya que aunque pesan incertidumbres sobre la economía
global, si hubiera una reactivación de la demanda mundial mejor de
lo anticipado, eso impulsaría las exportaciones brasileñas.
Además, un restablecimiento del crédito y de la actividad
económica en el interior del gigante suramericano serviría para
alimentar la inversión y haría más necesaria una retirada temprana
de los dispositivos de estímulo. EFE