París, 12 dic (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, apostó hoy en París por profundizar las relaciones económicas con Francia, para combatir la crisis, pero señaló que se deben reequilibrar y señaló que "sólo pueden ser benéficas si se desarrollan al mismo nivel".
"La cooperación es uno de los elementos que nos permitirá salir de la crisis", destacó Rousseff, en un discurso ante decenas de patronos en la sede del Movimiento de Empresas de Francia (Medef) en el que criticó las políticas que se limitan a los ajustes, sin estimular el crecimiento.
Afirmó que "la austeridad por sí sola provoca más recesión, más paro", que el aumento de las desigualdades sociales "es dañino para la economía" y por eso su Gobierno hace "grandes esfuerzos para acelerar la actividad económica" y continúa con sus programas de transferencia de riqueza a los grupos más desfavorecidos.
Unos programas -subrayó- que en los últimos diez años, junto a la creación de 17 millones de nuevos empleos, han permitido sacar de la pobreza a 40 millones de personas e incorporarlos a una clase media que representa el 55 % de la población, y cuya dimensión "ha sido muy importante para la constitución de un mercado de masas en Brasil".
En la misma línea, su ministro de Finanzas, Guido Mantega, mostró su inquietud por el agravamiento de la situación económica en Europa y en Japón, así como por la persistencia de las incertidumbres en Estados Unidos, todo lo cual está también aceptando a los emergentes.
Según el titular de Desarrollo, Fernando Pimentel, su país crecerá únicamente este año "en torno al 1 %, por debajo de lo que habríamos querido", pero avanzó que desde el primer trimestre de 2013 el ritmo de progresión será del 4 %.
Rousseff consideró que pese a que los intercambios comerciales entre Francia y Brasil aumentaron un 40 % entre 2007 y 2011 no han desarrollado "el potencial que podrían tener", en particular en sectores como el aeroespacial, el agroalimentario o el minero.
Puso el acento en que "hay que reequilibrarlos", que "Brasil no será sólo exportador de materias primas", sino "también una potencia en los productos manufacturados".
Hizo notar las coincidencias con Francia en que "tenemos un gran desafío, desarrollar nuestra competitividad" y por eso reconoció que en su gabinete están "muy interesados" en el plan puesto en marcha por el Ejecutivo francés en noviembre, que contempla exenciones fiscales de 20.000 millones de euros para las empresas.
"Esta cuestión es absolutamente crucial para encontrar la salida a la crisis" porque ganar en competitividad permite "proteger los derechos sociales y las conquistas sociales", argumentó.
Al auditorio de empresarios les garantizó que su Gobierno quiere "construir un clima seguro y amistoso para la inversión privada" que "es esencial" sobre todo para hacer frente a carencias en infraestructuras, y habló en particular de que "Brasil será, después de China, el país que más tendrá que invertir en ferrocarril".
Aseguró que el año próximo se desarrollarán todas las licitaciones para el programa de desarrollo ferroviario (10.000 kilómetros que se suman a los 5.000 programados inicialmente) y recordó que mañana mismo se lleva a cabo el primer concurso público para el proyecto de tren de alta velocidad Río de Janeiro-Sao Paulo.
En el sector aéreo, la presidenta brasileña señaló que van a continuar las licitaciones de aeropuertos, tras las tres realizadas en abril para Sao Paulo y Brasilia, con el mismo modelo que ofrece el 51 % del capital a socios privados.
La presidenta del Medef, Laurence Parisot, le pidió a Rousseff "reducir o cuando menos disminuir la inseguridad jurídica" con que se encuentran las 450 empresas francesas implantadas en Brasil, porque eso "supone un problema" y frena las inversiones, en particular de pequeñas y medianas empresas. EFE
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