Enrique Rubio
Londres, 10 ene (.).- El poder de la ficción se ha impuesto a la realidad en el Reino Unido gracias al clamor suscitado por una serie de televisión, que ha llevado al Gobierno a rectificar y compensar a cientos de jefes de oficinas postales que fueron injustamente castigados por un error informático.
El anuncio este miércoles en el Parlamento por el primer ministro, Rishi Sunak, de que los afectados serán "rápidamente exonerados y compensados" supone el corolario que bien podría valer como último capítulo de un serial televisivo.
El 'escándalo Horizon' se remonta a la primera década del siglo, aunque no fue hasta 2019 que el Tribunal Superior reconoció la injusticia que se había cometido con los responsables de cientos de estafetas en todo el país: más de 700 fueron condenados entre 2000 y 2014 por robo o falsedad contable debido a los datos equivocados que proporcionó el software Horizon de la empresa japonesa Fujitsu (TYO:6702).
Entonces ya se catalogó como "el mayor error judicial de la historia" en el Reino Unido, pero pasó casi de puntillas por una opinión pública más interesada en otras cosas que un enrevesado embrollo legal.
Sin embargo, la difusión este comienzo de año de la miniserie 'Mr Bates vs The Post Office' en el canal ITV ha conmovido a los británicos de una forma que los medios de comunicación o los libros sobre el asunto nunca consiguieron hacer.
El propio portavoz de Downing Street reconoció hoy la "importancia" de que una obra de ficción "haya hecho el trabajo de arrojar luz sobre estos hechos".
La indignación de los millones de espectadores que siguieron por televisión la quijotesca lucha de Alan Bates por demostrar su inocencia y atribuir los errores de contabilidad al fallo del sistema que utilizaba la empresa pública Post Office, propietaria de las estafetas, obligó al Gobierno a reaccionar. Enmendar los errores
Sunak anunció al comienzo de la sesión parlamentaria de control del Gobierno que legislará para que se exonere y se compense rápidamente a los perjudicados por el caso, muchos de los cuales quedaron arruinados.
También prometió un pago por adelantado de 75.000 libras (87.000 euros), que según fuentes de Downing Street se hará efectivo antes de que acabe este año.
"Nos aseguraremos de que la verdad vea la luz, enmendaremos los errores del pasado y las víctimas tendrán la justicia que merecen", aseguró.
El secretario de Estado del Correo Postal, Kevin Hollinrake, explicó posteriormente que los implicados deberán firmar una declaración jurada sobre su inocencia, para paliar de alguna manera la posibilidad de que sea exonerada una minoría que sí pudo cometer actos delictivos.
Además, adelantó que se instará a Fujitsu a asumir parte de la factura total si una investigación pública que todavía continúa sus trabajos concluye que la compañía tuvo parte de culpa.
Hasta ahora, Post Office había ofrecido 130 millones de libras (150 millones de euros) en indemnizaciones, aunque solo 93 condenas habían sido revocadas por los tribunales.
La decisión del Gobierno hace 'tabula rasa' para todos los acusados y garantiza que vayan a ser compensados por los perjuicios que hayan sufrido. Un caso incómodo
Pero el caso contiene ramificaciones que lo vuelven incómodo para todo el espectro político.
Los gobernantes 'tories' han aprovechado para atacar a su antaño socio en el Ejecutivo y ahora líder de los liberaldemócratas, Ed Davey, quien fue subsecretario de Estado para Asuntos Postales de 2010 a 2010 en el gobierno de coalición.
Los propios laboristas, que aspiran a derrotar a los conservadores en las elecciones generales previstas este año, mantienen un perfil bajo en la polémica; llamó poderosamente la atención que su jefe de filas, Keir Starmer, no hiciese apenas alusión al asunto en la sesión de control de hoy.
Además, el Gobierno de Sunak se ve obligado ahora a justificar por qué ha firmado contratos multimillonarios con Fujitsu posteriormente a que en 2019 la Justicia hubiese reconocido la responsabilidad de su software en el caso.
La ex consejera delegada de Post Office que dirigió la compañía de 2012 a 2019, Paula Vennells, anunció ayer que devolverá de inmediato su condecoración de Comendadora de la Orden del Imperio Británico después de que así lo reclamaran más de un millón de personas en una petición popular.
El único héroe que no admite disputa en esta historia es el protagonista de la miniserie, Alan Bates, catalogado hoy de "héroe" y a quien tanto "tories" como laboristas quieren ahora distinguir como caballero.
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