Jesús María Alonso
Madrid, 16 jul (EFE).- El estancamiento de la negociación sobre el endeudamiento en el Congreso de EEUU ha puesto en alerta a las agencias de calificación de riesgo, que ven un panorama incierto en la economía estadounidense, lo que ha echado más leña al fuego a los inestables mercados internacionales, cebados desde hace meses con la crisis de deuda europea.
A los ya habituales problemas de Grecia -con su inconcluso segundo rescate-, Portugal e Irlanda -sacudidos por el látigo de las calificadoras- y a los intermitentes de España, se han sumado ahora los de Italia y sobre todo Estados Unidos.
La deuda soberana estadounidense tiene desde hace 70 años el sello de la excelencia de las agencias que miden el riesgo, pero esta semana ha sido puesta bajo vigilancia con perspectiva negativa por Standard and Poors (S&P) y Moody's, que ven peligroso que no se alcance un acuerdo sobre el tope de endeudamiento en el estancado debate fiscal en el Congreso, lo que puede llevar a una suspensión de pagos.
Las agencias de calificación de riesgo, además, sembraron de minas durante la semana las perspectivas de varios países de Europa. Moody's, S&P y Fitch se encargaron de apretar las clavijas a Grecia, Portugal e Irlanda con rebajas en sus deudas soberanas y las de varias de sus entidades financieras, en algunos casos hasta el bono basura.
En el caso griego, Fitch rebajó en tres escalones la deuda soberana a largo plazo (de "B+" a "CCC"), lo que significa que considera un impago como "una posibilidad real".
Las turbulencias de los mercados alcanzaron de lleno a Italia, con la bolsa de Milán desplomada durante tres jornadas. El resto de los parqués de Europa se contagiaron y se convirtieron en un escenario de tensiones. Italia, Portugal, España, Irlanda y Grecia dispararon sus primas de riesgo hasta niveles de récord.
La aprobación por el Parlamento italiano del plan de ajuste presupuestario del gobierno, por valor de 79.000 millones de euros entre 2011 y 2014, y la rumoreada intervención del Banco Central Europeo (BCE) en la supuesta compra de deuda italiana y española devolvió la calma relativamente a los mercados europeos, que aún así se dejaron una caída media semanal en torno al 5 %.
Para intentar detener esta inestabilidad casi permanente, los gobernantes de la zona euro celebrarán una nueva cumbre el próximo jueves, en la que también se discutirá la financiación del segundo programa de rescate de Grecia.
La Unión Europea y varios gobiernos del Viejo Continente han criticado el papel de las agencias de calificación, y cada día hay más voces que reclaman un ente europeo independiente que evalúe el riesgo al margen del oligopolio que forman las estadounidenses.
Tan solo ocho de los 90 bancos europeos sometidos este año a las pruebas de solvencia suspendieron, lo que, para la Autoridad Bancaria Europea, debe generar confianza en los mercados sobre la fortaleza del sector financiero en Europa.
De ellos, cinco son españoles, dos griegos y uno austríaco. Ninguno alcanza el 5 % de capital requerido en un hipotético escenario adverso.
Wall Street perdió un 1,4 % durante la semana, las bolsas de Asia alternaron las subidas y las bajadas, y las de Latinoamérica siguieron a Nueva York, aunque Sao Paulo cayó el 3,3 %.
El petróleo mantuvo diferente tendencia en Nueva York y en Londres. El Texas cerró con una subida semanal de 1,04 dólares/barril a 97,24, por las dudas sobre la deuda de EEUU; el Brent bajó 1,07 dólares barril para cerrar a 117,26, 20 dólares por encima del neoyorquino.
El euro cerró a la baja en Fráncfort, a 1,4121 dólares.
Las dudas en los mercados han revitalizado de nuevo la cotización del oro, el valor refugio por excelencia, que esta semana ha cosechado récord en Nueva York (1.593,55 dólares/onza) y en Londres (1.592,5 dólares/barril). EFE