Montevideo, 18 abr (EFE).- Uruguay va camino de ser por tercer año consecutivo el país con menor evasión fiscal de Latinoamérica, seguido de cerca por Chile, gracias al Nuevo Sistema Tributario de 2007 y a la asistencia española en ese campo, considerada "fundamental" por las autoridades uruguayas.
Así lo manifestó hoy el Director General de Rentas, Pablo Ferreri, durante una ponencia en la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación del Uruguay, titulada "Desafíos de la Administración Tributaria para el año 2012".
"Hace dos años que Uruguay tiene la tasa de evasión más baja de América Latina", afirmó Ferreri sobre un liderazgo que el país espera haber mantenido en 2011, año del que aún no hay cifras oficiales.
Según datos de la Dirección General Impositiva (DGI), en 2002, antes de que estallara una grave crisis financiera por contagio de la suspensión de pagos argentina, la tasa de evasión era superior al 40 %, mientras que en 2009 bajó al 16,7 % y en 2010 al 15 %, el nivel más bajo en la historia del país.
Desde entonces, el país tuvo que realizar importantes cambios, como la creación de un impuesto a la renta y comenzar a gravar desde el año pasado las rentas de los uruguayos en el exterior.
Además, las autoridades impidieron que los funcionarios de la DGI tuvieran otros trabajos, como parte de un programa oficial para cambiar la "cultura tributaria" que incluye aplicaciones educativas para el Plan Ceibal, la iniciativa de un computador por niño.
Al destacar esos avances, Ferreri quiso "agradecer" la ayuda brindada por "la Unión Europea, que financió la reforma de la administración tributaria", y España, el país "que lideró la asistencia para ayudar a mejorar los niveles de eficiencia" del Estado uruguayo.
Ahora, la DGI espera la aprobación en el Parlamento de varios nuevos tributos para seguir mejorando la recaudación, como uno a la concentración de la tierra y otro para la gran minería, así como una rebaja del mínimo no imponible del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y un descuento del 22 % al 20 % en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para los pagos formales.
Ferreri defendió esas medidas como una vía para obtener una mayor equidad social, una de las asignaturas pendientes de América Latina, "la región más desigual del planeta, pese a no ser la más pobre", recordó.
La carga tributaria directa en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recalcó, asciende al 60 % del total, mientras en la región la cifra no llega al 30 %, mientras que la participación de esos impuestos en el producto interior bruto (PIB) significa el 15 % en los primeros y el 5 % en Latinoamérica.
Otro gran reto para Uruguay en la materia es la aplicación de la factura electrónica, que permitirá reducir parte de los 470 millones de documentos oficiales en papel de transacciones económicas que circulan por el país y con el tiempo eliminarlos todos, explicó Ferreri.
Por el momento, se ha puesto en marcha un programa piloto para 250 empresas que han participado de su financiación y que representan el 50 por ciento de la facturación total en el país.
Además del ahorro en papel y personal, al poder contar con facturas en tiempo real está prevista la creación de bases de datos para su explotación. EFE
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